Son más importantes los hechos que la crónica periodística que los explica, pero no estaríamos recordando que hoy hace cuarenta años que el Barça ganó el campeonato en Valladolid si no fuera porque Puyal gritó "Urruti, t'estimo!" por los micrófonos de Ràdio Barcelona.
Urruti le había parado un penalti a Hugo Sánchez en el Camp Nou el mes antes y era un portero sobrado de personalidad, que se reía del peligro. De modo que Puyal tenía una base sólida cuando decidió apostarlo todo a su intuición: si alguien podía detener ese penalti injusto que se interponía entre el Barça y la Liga era Urruti. Por eso, la genialidad del grito empezó a gestarse unos segundos antes del lanzamiento, porque el narrador creó una expectativa ("Mira que si la atrapara, Urruti...") que mantenía una luz de esperanza contra la hispánica fatalidad arbitral. Y una vez parado el penalti, el grito pasa a la historia del periodismo porque el narrador es capaz de capturar el sentimiento colectivo con una frase corta: solo tiene un sujeto y un verbo. Urruti, t'estimo porque podemos cantar la Liga esta tarde y porque yo no me he equivocado jugándomela que lo pararías.
El desbordamiento radiofónico de ese día se explica porque hacía once años que el Barça no ganaba la Liga, porque era el primer campeonato narrado en catalán y porque, por última vez en la historia, un partido que decidía un campeonato solo pudo seguirse en directo a través de la radio, por lo que las emociones de esa tarde no las pudo transmitir la imagen, solo la palabra. Hoy, de eso hace 40 años, y seguimos amando ese recuerdo.
