Una bebida hidratante

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Messi vestido de operario visitando la fábrica de su nuevo producto

El miércoles, Día del Trabajador, el futbolista Messi y su esposa, Antonela Roccuzzo, se vistieron de ídem. Con una rana calabaza de operario visitaron un polígono industrial. Rana calabaza sin manchas, se entiende, que quizá fue a buscar un operario, también ataviado con rana calabaza. En ese polígono es donde se fabricará su nuevo negocio. Según palabras de la añorada estrella –yo recuerdo dónde estábamos cuando anunció que lo dejaba–, será una "bebida hidratante". El 14 de junio de 2024 es cuando el producto será lanzado al mundo.

¿Será de frutas? ¿Será de leche y cacao? ¿Será de esas isotónicas, estimulantes? ¿Será de café o de pegamento? ¿Será baja en calorías? ¿Será energética? ¿Se llamará Leo? Todo esto son incógnitas. Sólo tenemos una certeza. Y esa certeza vale todo el oro del mundo: será –e insisto en que son palabras suyas– “una bebida hidratante”.

Hidratar significa “proporcionar el grado de humedad normal o necesario”. O sea, aportar agua. Si en lugar de ser una bebida fuera una crema yo entendería que Messi nos contara que es “hidratante”, porque justamente una crema podría no serlo. Pero que especifique que una bebida es hidratante me ilusiona. Todas las bebidas, excepto las alcohólicas, hidratan porque contienen agua. Las alcohólicas no, las alcohólicas deshidratan, como todo el mundo sabe (lo que hace que uno, después de una noche agitada, muera por el agua con gas catalana). Pero me imagino que los Messi-Roccuzzo no han creado una vodka o una ginebra, ni siquiera una ratafía o un vino, como hizo Andrés Iniesta en La Manchuela (que, por cierto, está muy bien). No hace por ellos. Por tanto, lo que sabemos es que es una bebida hidratante. O sea, que debe contener una parte de agua. Pero estoy aventurando. No me haga caso.

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