Los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas son los más valiosos que existen. Ninguna empresa o institución pública cuenta con tantos recursos para recolectar datos cualitativos y cuantitativos para el análisis social y electoral. Conozco a Tezanos, es un gran analista y le sobran competencias para pilotar el enorme buque que tiene entre manos. Pero creo que ha convertido un buque de transporte en un buque de guerra. Voy a explicar por qué.
Nadie es neutral en esta vida y es lógico que el jefe del CIS, consciente del efecto performativo de las encuestas, incline el análisis de los datos (lo que se conoce en la jerga de la sociología electoral como cocina) hacia un lugar determinado; eso es legítimo. Lo que no es legítimo es hacer trampas. Ojo, la cocina tiene mala fama porque se identifica con la manipulación, pero en realidad la cocina es lo más valioso de las encuestas. De otro modo, las máquinas podrían hacer lo todo y, a pesar de los avances de la IA y de las técnicas de big data, todavía sigue siendo crucial que existan sociólogos electorales que sepan mucho de política. Todavía las máquinas no pueden diseñar los mejores cuestionarios ni interpretar el espíritu de los tiempos; eso es más importante de lo que parece para afinar las estimaciones.
Pero Tezanos no solo inclina la cocina sino que hace trampas y con ello contribuye a destruir el prestigio de una institución que es pública y que trabaja para los ciudadanos. A nadie le puede sorprender que un partido o una tele pida a los cocineros de las encuestas que contrata que añadan ingredientes que les favorezcan, pero el CIS debería ser más cuidadoso y distinguir los ingredientes de las sustancias ilegales.
En el CIS de marzo el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Carlos Fernández Barbudo demostró que el CIS manipuló los datos sobre intención de voto a Unidas Podemos. Analizando los microdatos del informe, Barbudo demostró que se redujeron artificialmente los apoyos a Unidas Podemos. La pregunta por el sentido del voto, explicaba, es abierta, es decir, no se da al entrevistado una lista cerrada de opciones, sino que se recoge la respuesta espontánea de a quién votará. Hasta el mes de febrero, las respuestas espontáneas de Sumar se contabilizaban como parte de Unidas Podemos. Ni rastro de esta explicación en el barómetro de marzo, pero sí dos datos extraños: el primero, la fuga de voto de UP a "otro partido" se disparó del 3,6% (febrero) al 17,6%. Un dato especialmente anómalo, explicaba Barbudo. La categoría residual de "otro partido" subió en intención de voto del 1,8% de febrero al 4,3%. Una subida de 2,5 puntos especialmente extraña, decía el profesor, ya que es un dato que suele moverse de manera bastante estable en torno al 2%. ¿Qué pasó? Barbudo lo explicó sin anestesia: el motivo había que buscarlo en un sutil cambio en el criterio de inclusión en esta categoría residual. Presten atención. Las respuestas espontáneas a Sumar representaban el 2,4%, lo mismo que subió la categoría “otro partido” en el avance de resultados. Si contabilizábamos las respuestas Sumar como parte de Unidas Podemos, podía comprobarse que los datos de intención de voto a la coalición fueron prácticamente idénticos en marzo (9,3%) que en febrero (9,5%). Por lo tanto, el dato correcto de IDV a UP era 9,3% y no 7% como fue publicado en el avance de resultados. A partir de esta IDV la estimación de voto de marzo debería haber sido similar a la de febrero (12,7%) y no la que se publicó (10%). Al dejar a Sumar fuera de la contabilidad de UP, el CIS redujo artificialmente los datos de intención de voto a la coalición. Esto, como explicó Barbudo en un hilo en Twitter, se hizo con alevosía, ya que en ningún momento se explicó el cambio ni se recogieron públicamente los datos de Sumar.
La intención de Tezanos era obvia: atribuir una supuesta bajada de apoyos a la ley del solo sí es sí. Así lo interpretaron todos los medios. Podemos pidió explicaciones ante una manipulación demostrada y el PSOE dijo que el rey desnudo llevaba un hermoso traje nuevo.
Del CIS de abril aún no disponemos de microdatos. Tezanos solo se los hace llegar al PSOE y quizá a Sumar a través de Ramón Luque, pero no los he conseguido, así que lo que voy a explicar ahora hay que asumirlo como provisional hasta que se publiquen los microdatos. Pero permítanme que llame la atención sobre algo. Uno de los titulares de la encuesta es que Sumar obtendría el 10,7% de los votos frente al 6,7% de Podemos si acudieran separados. En una nota explicativa, el CIS explica que la estimación de Sumar se ha elaborado sumando las respuestas directas que se decantaban por esa “plataforma” y por las de quienes han dicho que van a votar a algunos de los partidos “que han manifestado públicamente integrarse y/o apoyar” a Sumar. Tezanos suma los apoyos a IU, Compromís, En Comú Podem, Más País, Chunta Aragonesista y Equo, entre otros. ¿Es lógico? Sí, salvo en el caso de ECP. Computar a Sumar los votos a ECP parece extraño teniendo en cuenta que dentro de ese espacio se incluyen menciones de ciudadanos catalanes a Podemos y a Unidas Podemos. Sería como decir que Podemos no tendría votos en Catalunya de concurrir en solitario y competir con el partido de Ada Colau. Ya digo que habrá que esperar a los microdatos pero sospecho que Tezanos ha vuelto a hacer una de las suyas. Bolaños dirá que su camarada lleva un traje nuevo aunque esté en pelotas pero los catalanes no son imbéciles.
Ojalá Podem (Podemos) y En Comú (Sumar) vayan juntos a las elecciones después de unas primarias abiertas, pero hasta que eso esté claro, creo que nadie en Catalunya puede creer que Podem no tendría votantes en unas elecciones generales.