Ahora es una época de ser buena persona, de sentirte imbuida por el espíritu navideño, hacer donativos y repartir paz y amor. Pero no todo el mundo es capaz de abrazar la bondad por más que las luces de invierno inviten a ella. Hay personas que siguen siendo ellas mismas, incluso algo peor, también en Navidad. Es el caso de Luis Rubiales, que lejos de entonar un mea culpa que tampoco esperábamos, sigue paseándose como una víctima. Y tiene parte de razón, porque en este mundo a los hombres como él se les suele mantener en su sitio. Quiero decir que el pobre ha tenido mala suerte. La mayoría siguen ejerciendo el abuso de poder sin problemas. Pero su enfoque no va por ahí, al contrario. De hecho, para seguir demostrando su inocencia y limpiar su imagen, se abraza a la extrema derecha. Teniendo tanto a mano el espíritu navideño, no se entiende. Pero no puede decirse que no sea una manera original de demostrar la inocencia, aunque yo la debo encontrar más original que él. O debería decir ellos, porque en esta aventura de “todos contra mí” no está solo y se ha hecho acompañar de Alvise Pérez, un agitador de la extrema derecha patria que ha sido denunciado y condenado por la justicia española en más de una ocasión por esparcir información falsa y vulnerar el honor de varias personas. Es bien que hay gente que debe encontrarse en la vida y estos dos individuos debían encontrarse para hacer frente común y alargar aún más este esperpento derivándolo hacia uno (oh, sorpresa) “la culpa es de Cataluña”. Porque Rubiales ha tenido el valor de decir que se estiró el suyo tema por no hablar de otros mucho más importantes, refiriéndose a la amnistía, la Cruella de Vil de los nacionalistas españoles. Permítanme la transcripción del momento por si no la ha visto:
Luis Rubiales: "Se habló mucho de lo mío y muy poquito de otras cosas mucho más importantes".
Alvise Pérez: "¿Crees que se te trató como cortina de humo para no hablar de lo que estaba pasando mientras?"
Luis Rubiales: "Mírame la cara".
La cara ya se la puede imaginar. Es la que tiene. Pronto la guerra de Ucrania y el desastre del Barça masculino serán también cortinas de humo por no hablar de la amnistía. En fin, no pida una suscripción a ninguna plataforma de streaming por Reyes. Las mejores series las tenemos en la realidad. Aunque no era suficiente con culpar a Catalunya de su beso no consentido, sino que ha vuelto a cargar contra las jugadoras hablando de venganza y ha insistido en que Jennifer Hermoso miente. Se deben llevar los pantalones muy ajustados para hablar de mentiras ante un personaje que ha sido más de una vez denunciado y condenado por mentir. Si lo que se busca es la credibilidad, el objetivo no se logra. Pero reconozco que yo a veces soy demasiado quisquillosa. Y es muy posible que el agitador de extrema derecha no haya mentido y la justicia le haya condenado porque es “rojo y separatista”.
Estas fiestas habrá más como Rubiales y compañía que no tratarán de ser buenas personas. Pero no porque no quieran sino porque son unos incomprendidos. Porque nadie, y menos las feministas, han luchado tanto por la igualdad como ellos. A las mujeres les han dado cargos por primera vez. Eso sí, ellos se han reservado a los más importantes. Pero han hecho un esfuerzo sobrehumano. Yo, que quiero ser buena persona en Navidad y en general, casi les compadezco. Porque no hay nada peor que ponerle tanta dedicación y que no te la reconozcan. Si la amnistía debe ser para alguien es para esos hombres que lo han dado todo por hacer un país mucho mejor. Y principalmente, mucho más español.