La derecha involucra al rey en los indultos

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El presidente del PP, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunitat de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la manifestación contra los indultos a los presos políticos de este domingo

La gran triunfadora de la concentración de ayer contra los indultos en la plaza Colón de Madrid fue la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, convertida cada vez más en la punta de lanza de la derecha desacomplejada e iliberal que sobre el papel es Vox pero que en la capital representa ella mejor que nadie. Tanto es así que ayer Ayuso volvió a patinar e involucró al rey Felipe VI en la cuestión de los indultos. "¿Qué hará el rey? ¿Firmará estos indultos?" se preguntó de manera retórica. Quizás sin darse cuenta Ayuso estaba cruzando una línea roja y poniendo en un compromiso a la monarquía, puesto que de alguna manera estaba haciendo un llamamiento para que el rey incumpla el papel que le asigna la Constitución, que no es otro que firmar aquello que decide el consejo de ministros.

La cara de Pablo Casado detrás de Ayuso cuando esta pronunciaba estas palabras era todo un poema. El presidente del PP no solo tenía que cargar con el fracaso de convocatoria de la concentración (25.000 personas cuando en 2019 fueron 45.000) sino que encima veía como la presidenta madrileña le provocaba un incendio de consecuencias inciertas que afecta a la Corona. Ciudadanos fue el primer partido que reaccionó a las palabras de Ayuso tildándolas de "barbaridad", pero es que incluso periodistas próximos a la monarquía como José Antonio Zarzalejos tuvieron que salir a desautorizar a la presidenta madrileña y recordarle que el rey no podía negarse a firmar los indultos. Poniendo el foco sobre el rey, Ayuso puede crear una fractura entre Felipe VI y el electorado conservador, que ahora interpretará como un gesto político de apoyo lo que es solo un trámite legal (la firma de los decretos con los indultos). ¿Se atreverá Casado a desautorizar las palabras de la que hoy por hoy es su principal carta electoral? Seguramente no.

En todo caso, las palabras de Ayuso demuestran el enorme desconcierto que sobrevuela la triple derecha española, que ayer pinchó en Colón y encima se presentó dividida y sin ganas de ninguna foto conjunta como la de 2019. Parece como si los indultos a los presos políticos independentistas no tuvieran el efecto galvanizador que muchos pensaban, un fenómeno que también se está viendo en la recogida de firmas que está llevando a cabo el PP y que de momento está muy lejos de las cifras logradas en 2006 cuando se pedían para protestar contra el Estatut. La conclusión de ayer es que, quizás sí que una mayoría de la sociedad española es contraria a los indultos, pero quizás no lo considera tan grave como para ir a manifestarse.

No podemos ser ingenuos y seguramente la derecha lo volverá a intentar, pero de momento en su primer intento el disparo le ha salido por la culata. Si el PSOE tenía miedo a una manifestación gigantesca, esta no ha pasado. Por lo tanto, Pedro Sánchez tiene vía libre para sacar adelante su plan de los indultos y la reforma del delito de sedición como paso previo para iniciar el diálogo con la Generalitat. En política, cuando el adversario se equivoca, se tiene que avanzar. Esperamos que en la Moncloa hagan el diagnóstico correcto de esta jornada.

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