Dieciocho...
¿Quizás sólo me pasó a mí? ¿Quizás a muchas otras embarazadas de ese año? El día de tu cumpleaños tengo derecho a volver a contarlo. Al entrar en los restaurantes o en los bazares chinos, cuando me veían la barriga, me decían, más o menos: "¡Estamos en el Año del Cerdo Dorado! ¡Tú y el bebé están bendecidos!".
El último Año del Cerdo Dorado (hay cerdo dorado cada sesenta años) fue desde el 18 de febrero del 2007 hasta el 6 de febrero del 2008. Muchas chinas, se ve, buscan el embarazo en Años del Cerdo Dorado porque quieren ser afortunadas. Se dice que los bebés del año salen "educados, directos, pacientes, modestos, trabajadores, felices y honestos" y que están destinados a tener "muchos amigos". No sé si tú, y todos tus congéneres cerditos de aquel lejano 2007, aquellos niños de cuya clase recordamos el nombre y los apellidos pero no la cara (Luna, Jan, Marc, Maria, Vera, Marçal, Laia, Abril...), ha salido pacientes o educados o todos, pero se ha salido pacientes o educados o trabajadores, pero sé honestos y sí, sí que todo el mundo, yo la primera, quiere ser amigo vuestro.
Mañana cumples dieciocho años, y la mayoría de edad sobre todo nos parece simbólica a nosotros. No lo dudes: de los dieciocho te acordarás siempre. Hoy puedo decirte que nunca, como a los dieciocho, estarás tan luminosa, pero está muy bien que ahora no lo veas. Ha sido un placer llorar (de risa, casi siempre) contigo todos estos años. Guarda en los bolsillos del corazón (hoy la peleringa está permitida) el color del pastel, las bromas cafres, los regalos y las canciones que te representan, los abrazos torpes de los poco acostumbrados a decir "Te quiero", las exigencias de fotos, el vestido y, sobre todo, la vida futura que has escogido la2 de noviembre. Serpiente, que es un año normal, no como el suyo.