Leemos en el ARA que investigadores de la Universidad de Edimburgo (que no es la Universidad No-Thi-Fixis) "han descubierto en un estudio que una bacteria llamadaEscherichia colipuede convertir una molécula de una botella de plástico en paracetamol". Las conclusiones se publican en la revistaNature Chemistry.
Si pienso, ahora, que todos los residuos plásticos del planeta se convertirán en este famoso medicamento, me viene dolor de cabeza. Y si me viene dolor de cabeza, lo que haré, claro, es tragarme una antigua bolsa del Bonpreu en forma de cápsula de paracetamol. Pero si pienso esto, que me tomaré una antigua bolsa del Bonpreu en forma de cápsula de paracetamol, me viene más dolor de cabeza, y quizás tendré que tragar un antiguo táper en forma de cápsula y ver si pensar esto también me da más dolor de cabeza.
Hay tantas toneladas de plástico que habrá muchas toneladas de paracetamol. Deberemos hacer almacenes para guardar las toneladas y toneladas (en cajas de plástico, que una vez utilizadas convertiremos en más paracetamol en nuevas cajas de plástico). Para dar salida al paracetamol, lo que haremos será que los médicos nos receten mucho, todo el mundo a tomar paracetamol para el dolor de cabeza. La humanidad haciendo guerras, matándose, bombardeándose, amándose, escribiendo y leyendo, comiendo y bebiendo, escribiendo este artículo con una píldora de paracetamol al lado, por si acaso. Habrá pobreza menstrual, pero nunca pobreza antipirética.
Y así viviremos felices y analgésicos, hasta que otro científico, de otra universidad, descubra que una bacteria transforma los residuos de ropa en ibuprofeno. Y con gran alegría por nuestra parte pensaremos que finalmente podemos combinarlos, ahora uno ahora otro, cada cuatro horas, eternamente.