Vecinos en un barrio de Barcelona.
14/10/2025
Periodista
2 min

Un hombre mata a su yerno en plena calle y llama a los Mossos, con frialdad asesina, para que vengan a detenerle. Un hombre muere en su casa y los vecinos se dan cuenta quince años después, porque pensaban que se había ido a vivir a una residencia.

El suegro no se volvió violento de un día para otro. Y en una comunidad de vecinos, por poco estable que sea, se pasa lista una vez al año, al menos.

¿Debemos estar por los demás? "Solo me faltaría ocuparme de los vecinos" sería la respuesta más frecuente, sobre todo teniendo en cuenta que "los demás" son cada vez más extraños, más desconocidos, hablan en otras lenguas y tienen otras costumbres. Pero con los años descubres que un grupo donde la gente esté un poco por los demás es más humano y, por tanto, entre otras cosas, más seguro.

Ayer, una mujer de aspecto frágil entró en el vagón del metro caminando con una muleta. Dos personas saltaron a la vez a pedir a los pasajeros que iban sentados en los bancos reservados para estos casos que hicieran el favor de dejar un asiento libre y la respuesta positiva fue inmediata. Iba en el autobús y, cuando levanté la vista del móvil, vi a una mujer derecha que llevaba un niño de unos dos años en brazos. Quise cedí el asiento y me dijo que no, que el niño no quería ir sentado, que quería ir a hombros. Estuve en un microsegundo de hacerle la teórica de veterano sobre que educar a un niño consiste en enseñarle desde pequeño que su voluntad no es soberana y que la madre es una persona que también se cansa. Pero me callé, pensando que yo no era el guardián de mi hermana, y menos delante de todos. Ojalá lea este artículo.

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