Un inodoro.
12/08/2025
3 min

Tengo en casa un inodoro inteligente. Y si no lo es, al menos es muy listito. Cuando entro en el baño, la tapa se abre sola y unas luces LED iluminan suavemente la estancia. El asiento se calienta, y unos extractores dentro de la taza filtran cualquier mal olor. Cuando he terminado, unos chorros de agua a presión me aclaran por delante y por detrás. Por último, un secador me deja como nuevo. Cuando me levanto, el depósito se desagua, la tapa baja sola y las luces se apagan. ¡Una maravilla, vaya!

Pero cada vez que me siento y noto la tapa caliente, no puedo evitar pensar en una realidad cruel:

  • 500 millones de personas defecan al aire libre.
  • 3.600 millones (casi la mitad de la humanidad) utilizan inodoros rudimentarios sin ningún sistema de saneamiento de residuos.

Esto provoca enfermedades intestinales que matan a cerca de dos millones de personas cada año. De éstas, 700.000 son niños que mueren por diarreas causadas por el agua contaminada. ¡700.000 niños cada año! Más muertes que las víctimas por el sida y la malaria juntas.

Y aquí, en los países ricos, pulsamos el botón del inodoro y lo damos todo por sentado: agua corriente, alcantarillado, electricidad, depuradoras...

Historia sanitaria de Canet de Mar

Viví toda mi infancia sin cloacas. Usábamos una comuna y las heces iban a parar a una fosa séptica que se vaciaba de vez en cuando, empudando todo el barrio. Luego llegaron las cloacas: dos rieras de inmundicias que desembocaban directamente en el mar.

Nosotros nos bañábamos entre las dos rieras. Si nos acercábamos demasiado a una, la temperatura del agua y algún regalito que flotaba nos recordaban que nos acercábamos a zona peligrosa. Más tarde pusieron un tubo que desembocaba mar adentro. Pero las tormentas a menudo devolvían los residuos a la playa.

Finalmente, se construyó una depuradora compartida con otros pueblos vecinos con los que todavía existen algunos conflictos puntuales. "¿Por qué la mierda de tu pueblo pasa por el mío, en lugar de ir directamente a la depuradora?" Si en el Maresme todavía tenemos problemas logísticos de saneamiento, ¡imagínate en lugares donde no hay ni las infraestructuras sanitarias más básicas!

El reto de Bill Gates

Ante esta crisis sanitaria (la global, no la de Canet), Bill Gates impulsó la Feria de la Reinvención del inodoro con el objetivo de crear sistemas que funcionaran sin alcantarillado, agua corriente ni electricidad, pero fueran seguros, sostenibles y asequibles.

En la feria de Seattle de 2012 se premiaron los siguientes proyectos:

  • Instituto de Tecnología de California: inodoro solar que genera hidrógeno y electricidad a partir de residuos humanos.
  • Universidad de Loughborough: inodoro que produce carbón biológico, minerales y agua limpia.
  • Universidad de Toronto: inodoro que higieniza las heces y la orina, recuperando recursos y agua limpia.

En 2018 en la Exposición del inodoro Reinventado, en Pekín, ya se presentaron algunos de estos prototipos listos para ser fabricados y distribuidos.

Objetivos para la próxima década. ¿Los cumpliremos?

El punto 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados por los países miembros de Naciones Unidas, fija en 2030 como fecha límite para garantizar agua potable y saneamiento universal. Pero, para llegar, habría que multiplicar por seis el ritmo actual de saneamiento, por cinco el de agua potable y por tres el de higiene básica.

Esto significa que los países que aprobaron estos objetivos, deberán arremangarse y dedicarle más inversión, innovación y voluntad política. Porque la crisis del inodoro no es sólo técnica: es una cuestión de derechos humanos, salud pública y dignidad.

Quizás el inodoro no es un tema glamuroso, ¡pero es un buen lugar para empezar a cambiar el mundo!

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