El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, se hallaron en Madrid el miércoles 17 de septiembre.
17/09/2025
Periodista
2 min

Los tiempos no permiten menospreciar que dos actores de la vida pública defiendan el diálogo y critiquen la polarización, que es lo que concluyeron ayer el presidente de los obispos españoles, Luis Argüello, y el presidente Salvador Illa en un acto en Madrid. Pero Argüello se lució: "Me hago una fotografía con Isla donde hace unos meses me la hice con [Santiago] Abascal y no me avergüenzo de ninguna de las dos". Hombre, muy amable.

¿Se puede saber por qué debería avergonzarse de hacerse una fotografía con Isla? ¿Porque es socialista y los socialistas son amigos de Hamás, la kale borroka, Maduro y Puigdemont? ¿O porqué fue ministro del pérfido Sánchez?

La vida política española está enferma de odio, y el jefe de los obispos españoles se ha intoxicado con la propaganda de su propia emisora ​​de radio (ejemplo de manual de polarización desde hace más de treinta años). Por eso, cuando ve a un socialista catalán –por mucho que sea exministro español, no cuestione la unidad de España y sea partidario de la autonomía bien entendida– cree que es el reverso de la moneda de Abascal, el aliado de Trump en España.

Cuando el caso Cerdán puso a Sánchez al límite del KO, Argüello se alineó con el PP y Vox y pidió elecciones anticipadas (demanda que el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, no compartió y criticó), y una foto como la de ayer con un socialista le convenía para centrarse. Y éste es el presidente de la Conferencia Episcopal. Nada nuevo: hace ya años que sabemos que los obispos españoles son más españoles que obispos. Y por eso cuando encuentran uno catalanohablante lo envían a las misiones de Catalunya.

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