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Una mujer trabajando en una oficina.

Leemos en el ARA que en el Ayuntamiento de Valencia ensayaron “la semana de cuatro días laborables” aprovechando que en abril y mayo se concentraban varios festivos, que reordenaron. Después, realizaron una encuesta a los ciudadanos, y con las respuestas, un informe. En fin, poca gente, excepto los que no quieren volver a casa porque prefieren ir de esclavos al gulag que recoger la ropa del tendedero y (¡oh, damnación!) asearla, debía encontrar mal la idea. "Se confirma que el tiempo libre extra del que han disfrutado estas personas se ha invertido en el desarrollo de hábitos que resultan beneficiosos para la salud", dice el informe. Porque muchos de estos trabajadores de cuatro días hicieron más deporte y “comieron más alimentos cocinados en casa”.

Sorprende, ¿verdad? Muchos de nosotros habríamos pensado que con un día más de fiesta a la semana, se dedicaría más tiempo al ocio. Salir a cenar, ir al teatro, ir a tomar cócteles o un vino o ir a la montaña. Pero no. Han ido al gimnasio y han hecho verdura. Esto es por una razón clarísima. El día festivo que el Ayuntamiento eligió no fue el viernes, sino el lunes.

Si la semana laborable va del martes al viernes, la idea subyacente es que ese día extra, el lunes —día aburrido, día tristón—, es para "aprovecharlo". Para llamar a los de la fibra óptica, para ir al punto limpio a tirar trastos, para hacer encargos pesados. El domingo por la noche, normalmente, está todo cerrado, porque justamente, por eso que decimos, nadie sale. Los de la restauración y los actores, si quisieran salir, no encontrarían demasiado abierta. El domingo por la noche se cenan en casa cosas compatibles con un pijama, como col y patata o bikinis o comida para llevar.

Son unos cínicos, estos del Ayuntamiento. Lo hicieron con toda intención. Si el festivo hubiera sido, en cambio, el viernes, seguro que mucha gente el jueves por la noche sí habría salido. ¿Qué hacen los de la última clase de body pump del viernes, ¿cuándo salen? Ir a recuperar las calorías perdidas. El domingo por la noche, ni el gimnasio está abierto.

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