Helena Garcia Melero, en el plató del 'Tot Es Mou'.
10/03/2025
2 min

Le llaman así, "la Melero", que es un tratamiento de respeto y de proximidad a la vez. La conozco bien. Vibra con el periodismo como si le pasara la corriente, y se deja sorprender, con la vehemencia del pasillo de fondo que llegó a Maratón (y después murió) para dar una noticia y con la sorpresa, indomable, de los gatos. Un gato no puede evitar girarse hacia donde hay noticias. Es su naturaleza. Quiero decir con esto que Helena –Melero– tiene la parte instintiva del periodista, pero también la parte inteligente. Es una mezcla que admiro, porque nunca la tendré. Melero sería la mujer de Lot. Le dicen que huya de Sodoma y Gomorra, pero que no se gire para mirar, porque si mira, se convertirá en sal. Y ella mira, claro. Porque es periodista. Y se convierte en estatua de sal. Me parece que es uno de mis personajes favoritos de la historia, la mujer de Lot.

Melero quizá ha sufrido la gran belleza que posee. Tendemos todos a valorar una de las dos cosas, la belleza o la inteligencia, pero nos cuesta valorar las dos a la vez. La gran ironía que utiliza para cada aspecto de su vida, sin filtros, sin máscara, con una sinceridad que nos resulta cercana, familiar, claro, ha conseguido que yo, que hace mucho tiempo que paseo por aquellos platós donde reina, haya reído con ella como nunca. Melero es cómica, pero también creíble, pero también empática, pero también seria.

Alguien como ella ha recibido ofertas de otras televisiones, con otras lenguas, más fuertes, y otras audiencias, más grandes. Pero ha decidido hacer tele en catalán, todas las mañanas, desde hace años. Como ha hecho un pacto con Lucifer, no parece nada una periodista veterana, que hace muchos años que cada día se nos acerca y nos habla de tú a tú. Hace muchos años que Melero forma parte de nuestra tele y ya es hora, de verdad, de decirle –si nos encontramos por la calle– que es la mejor. Y que gracias por hacerlo aquí, en catalán.

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