Netanyahu y los aplaudidores catalanes

Una imagen del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
23/10/2023
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Hay un independentismo viscoso que experimenta una descarga de placer con cada tanda de misiles que Israel hace caer sobre Gaza, y que exulta, por así decirlo, con el olor del napalm por la mañana. En los ataques israelíes encuentran una imagen —incomprensible, por otra parte, por absurda— de lo que fantasean que debería hacer Catalunya, una vez obtenida la independencia: militarizarse, formar un ejército bien armado y entrenado —quién sabe si con el apoyo, ñam, del propio Israel— y ponerse a defender la democracia y la dignidad en la propia zona. Es el mismo independentismo espasmódico, pero que se adorna con pretensiones y con citas, que se permite de vez en cuando acusar de cobardes a los catalanes por no haberse levantado en armas (¿qué armas?) en octubre de 2017, y de estafadores y traidores a los políticos del 1-O, etc. La murga ya es un viejo, conocido mal olor.

Quien fuera ministro de Exteriores de Israel, y embajador de Israel en España, Shlomo Ben Ami, hizo unas declaraciones al programa El Intermedio, de La Sexta, que no dejaban mucho margen a la ambigüedad. El programa es básicamente un show de humor, pero el tono de Ben Ami –un diplomático que ha trabajado toda su vida en la mediación para llegar a una solución política del conflicto entre Israel y Palestina– no podía ser más grave y circunspecto. No solo discutió la estrategia militar y militarista del gobierno de Benjamin Netanyahu (“en un país como Israel, movilizar a 350.000 reservistas equivale a casi paralizar la vida económica”), sino también todo su planteamiento en relación a la franja: “Es una estrategia falaz, que consiste en arrinconar a la Autoridad Palestina en Cisjordania y mantener al gobierno de Hamás con inyecciones financieras a través de Qatar”. Hizo una ironía diciendo a la entrevistadora que Qatar merecía “un programa entero” (es ese país que encuentran tan idóneo nuestros futbolistas más eminentes), y reiteró que Netanyahu ve con buenos ojos el apoyo financiero de Qatar a Hamás porque le interesa fortalecer a Hamás. Describió al actual gobierno de Israel como “un gobierno de extremistas, radicales y protofascistas”, y denunció que la invasión de la Franja no solo puede derivar en la expansión del conflicto, sino que “no tiene ningún objetivo político”. O sí: el estado de guerra sirve a Netanyahu y sus socios para justificar su permanencia en el poder. Gobernantes de derecha muy extrema que necesitan que las cosas vayan a peor para justificarse: el mundo está lleno y por ahí vemos ejemplos que no son letales, pero sí intoxicadores.

Ben Ami representa a la multitud de israelíes, y de judíos de todo el mundo, que son críticos con el actual gobierno de Israel y con la deriva iliberal y belicosa que ha tomado la democracia israelí. Muchos se encuentran en estado de shock por los atentados de Hamás del sábado 7 de octubre, igualmente execrables. Pero Israel, y el judaísmo religioso y cultural, que por supuesto son acreedores de la máxima admiración y respeto, merecen mejores representantes políticos y gobernantes. Y no necesitan aplaudidores catalanes ridículos hasta el paroxismo.

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