Un niño 'solito' en Catalunya Ràdio
Terminé, con deleite, el libro Solito, de Javier Zamora, traducido por Marta Marfany. Es la historia real del autor, que a los 9 años emigró ilegalmente de El Salvador, pasando por Guatemala y México, hasta la frontera de Estados Unidos, donde vivían sus padres, a los que apenas conocía. La historia del viaje por el desierto, con los Coyotes o los Polleros, que son los “transportistas”, afanando para que no les pille La Migra la cuenta un niño. Ese niño. Me lo recomendó el periodista Adolf Beltran, del programa Ciudad Esmeralda, un día que nos encontramos por los pasillos de Catalunya Ràdio. En el viaje, el niño, Javierito, que todavía tiene miedo de ir solo al inodoro y no se sabe abrochar los zapatos, debe fingir ser familia de una madre y una hija, y de un hombre, que hará ver que es su padre. La relación entre ellos, de solidaridad y bondad, en este viaje, te hace sufrir, todo el rato, pensando en el vínculo, aún no creado, con los padres de verdad.
El otro día era el Día Mundial de la Radio. Me encontré a Adolf Beltran y comentamos el libro. En el pasillo, había un trabajador de la emisora, que también es salvadoreño. Humfrey Granados, Homfry para los amigos, y hablamos un rato, los tres. “Yo todavía no he podido leerlo”, dijo Homfry. "¿Por qué?", pregunté yo. "Es que yo hice lo mismo que el autor, con 10 años", me explicó. Adolf ya lo sabía, porque si algo hace bien, aparte de hablar, es escuchar.
Estuvimos hablando mucho rato, de aquello. De los años 90, en los que las cosas todavía, todavía eran algo mejores que ahora, porque ahora –eso lo decía él– todo está controlado por las mafias. Me conmovió –porque soy un higo– oír a ese trabajador explicando que no puede leer el libro. Después, bajé a la planta de abajo y dije a Elisenda Carod y Carlos Baraibar, de La tarde, que el Homfry era “el protagonista de Solito” y que se merecía una entrevista.
Me pareció la manera más increíble y personal de celebrar el Día Mundial de la Radio, y he pensado agradecérselo desde aquí.
