En la empresa pública que piso a veces, con motivo del día de las mujeres, o del ocho de marzo, o como se le quiera decir, realizan todo tipo de talleres temáticos. Veo que envían la información desde el Departamento de Aprendizaje y Gestión del Conocimiento, que no sé si tendrá una sede física. Son talleres (el redactado no es mío) con acciones formativas de igualdad y perspectiva de género. Cada día descubro un departamento distinto.
Hay uno de exploración mamaria y otro llamado “el reto del género”. Es una "actividad gamificada" donde se proponen "retos para analizar competencias y conocimientos en torno a la igualdad de género". Hay “situaciones de role playing, Trivial de preguntas, ruleta giratoria y pruebas sorpresa”. Si “gamificada” quiere decir que será como “jugando” quizás prefiero ir a picar piedra a Siberia, pero a mí no me hagáis caso, que no represento a nadie, ni quiero que las mujeres cobren lo mismo que los hombres (quiero que cobren mucho más).
Me muero por participar en las situaciones de role playing, y el Trivial de preguntas. ¿Cómo serán? ¿Qué te preguntarán? ¿Y las pruebas sorpresa? ¿En qué consistirán? ¿Tendremos que participar junto con compañeros y compañeras e imaginar y representar relaciones tóxicas? Está bien que te enseñen a hacerte exploraciones mamarias, pero no diría que esto deba hacerse con motivo del ocho de marzo. Considero que otras exploraciones (de piel, próstata, corazón...) son también muy importantes para mujeres y hombres. Pero de todas las propuestas, que he copiado literalmente, intentando no autoimponerme sesgo alguno, la que más me gusta es la de la ruleta giratoria. ¿Cuántas ruletas nos dejan de agradar por no poseer esa calidad giravoltadora y ser, qué sé yo?, táctiles. Sin duda, a una ruleta le pido esto.
