Como Javier Milei, Alice Weidel, líder del partido Alternativa por Alemania (AfD), se declara "conservadora libertaria" y es una furibunda anti-Estado. Equipara la cosa pública directamente a socialismo y comunismo. Ayuso y Abascal hacen lo mismo. En la cabeza de Weidel, todos los enemigos son comunistas. Incluye desde Angela Merkel hasta Hitler. Lo han leído bien: Hitler comunista (el mismo Hitler que mató miles de comunistas en los campos de exterminio). Así se reescribe la historia. Ahora lo repetirá hasta el aburrimiento y el altavoz Musk se encargará de expandirlo. Esperemos que el esperpento no llegue a un Abascal desmarcándose un día de Franco tildándolo también de comunista.
En la conversación en directo de más de una hora que le ha regalado Musk a X, Weidel lo soltó: "Hitler era un comunista socialista, y punto, no hay más comentarios al respecto. Nosotros somos exactamente lo contrario, un partido conservador libertario". Así busca liberarse de la etiqueta de neonazi, ganada a pulso por la AfD en su década de existencia. Se tracta de un partido islamófobo, euroescéptico, ultranacionalista. Con eso, que es mucho, ya le basta.
Si Milei rompe esquemas con una estética rockera y una verbosidad antiestablishment, Weidel es lesbiana –su pareja es de Sri Lanka; tienen dos hijos– y feminista, y cuando habla es taxativa y cortante. En efecto, él i ella no son ni actúan como los clásicos y clasistas poderosos al uso. En términos culturales, se salen del carril. Ideológicamente, lo que les une es la obsesión antiestatista, anti sector público. Weidel admira Thatcher. En el caso de Milei, dada la endémica corrupción peronista y kirchnerista, puede entenderse como reacción desesperada. Por eso le votaron masivamente los argentinos.
El autoproclamado nuevo libertarismo es un neoliberalismo maquillado con aparentes ecos revolucionarios. En efecto, en el siglo XX los libertarios eran Bakunin i compañía, anarquistas. Pero adjetivar el conservadurismo de Weidel como anarquista no quedaría bien, ¿verdad? Tampoco hacerse llamar capitalista o liberal. En cambio, libertario se asocia a libertad. La nueva derecha populista se está apropiando del concepto. En versión castiza, es la llibertad de Ayuso de ir a tomarse una copa. Es sobre todo la libertad económica de hacerse rico. Este es el truco: no ofrecer a la gente un estado protector (el estado del bienestar), no ofrecerles subsidios o ayudas, sino la promesa de libertad para hacer dinero y vivir bien, que el Estado no se meta con tu riqueza. La propiedad individual por encima de todo, una sociedad de individuos sin ataduras, despreciando a los que no consiguen tirar hacia adelante, en especial los migrantes. Del lema revolucionario francés, se olvidan de la igualdad y la fraternidad.
En su vía para desmarcarse del nazismo, Weidel sale ahora en defensa de los judíos frente a los islamistas, que son la nueva bestia negra. Odio contra el Islam. Lo importante es construirse contra alguien muy malvado. Desde el punto de vista comunicativo y emocional, no falla. ¿Otro enemigo? Los burócratas de Bruselas. En la entrevista con Musk, bromea sobre la pretensión de la UE de vigilar el apoyo del propietario de X a la AfD. "El Gran Hermano te vigila", le dice. ¡A él, precisamente!, poderoso magnate de la comunicación enredada. ¿Dónde se inspiraría hoy Orwell para su Gran Hermano? Los modelos de 1984 fueron Stalin y Hitler, y en el trasfondo la parodia del Dios cristiano. La distopía de Orwell era un grito de libertad. Pero no de la libertad agria, resentida y propagadadora de odio que branda Weidel.
En su obsesión contra lo público, Weidel, Milei y Trump-Musk son un peligro para la democracia: la frontera entre desmontar el estado y desmontar el Estado de derecho es muy delgada. Se culpabiliza en bloque a los servidores públicos, se pasa a adelgazar radicalmente la administración y se acaba con un estado tan débil que será fácil que derive en autoritarismo primario. Mira por dónde, sin que nos demos cuenta, estos nuevos libertarios conservadores pueden pasar a ser un día, por arte de magia, autoritarios superricos.