Redefinir la educación en la era digital

Los alumnos utilizan los ordenadores por las clases.
03/01/2025
3 min

El gobierno de Corea, uno de los cinco países del mundo con mejores resultados en PISA, pone en marcha una iniciativa para "redefinir la educación en la era digital", con una fuerte inversión presupuestaria -unos 700 millones de euros en tres años –. A partir de la próxima primavera, se integrará progresivamente la inteligencia artificial (IA) en las escuelas para el aprendizaje de todo el currículo, que quiere culminar estableciendo una división de trabajo entre este instrumento y los docentes. El objetivo, explican, es construir un sistema educativo más efectivo en el contexto de cambio de modelo productivo, más atractivo para los alumnos y más inclusivo.

Nos lo explicó el propio ministro de Educación coreano a los participantes del I Foro Internacional sobre los Futuros de la Educación de la UNESCO, que se celebró este diciembre en Suwon (Corea). La decisión del gobierno coreano ya implementa plenamente lo que hace diez años apuntaba el informeRepensar la educación. Quieren construir un sistema educativo con personalización de los aprendizajes que asegure que todos los alumnos tienen el apoyo para avanzar, pasando de ser "recipientes de conocimiento" a "aprendices autodirigidos", en el que los docentes pasen de "proveedores de conocimiento" a "mentores y diseñadores de aprendizaje", y donde el aprendizaje pase de "clases magistrales" a "discusiones, aprendizajes basados ​​en proyectos y aprendizaje invertido", explican. La iniciativa cuenta con dos grandes acciones. La primera, el desarrollo de materiales didácticos, una suerte de libros de texto digitales integrados con IA. Este 2025 ya habrá matemáticas e inglés, y en 2026 habrá otras seis materias. Y la segunda, una enorme acción de formación de los docentes para que puedan actualizar su función y sepan utilizar los nuevos instrumentos. Además, se garantizará que todas las escuelas tengan dispositivos digitales y red adecuada, garantizando la privacidad de datos. Hay más de un millar de escuelas en las que en pocos meses empezarán los pilotos para poder evaluar y mejorar la iniciativa: visitamos una, la escuela pública primaria de San-ui, donde el profesorado veía con confianza en que el nuevo modelo les ayudaría en la mejora de los aprendizajes de todos.

Detrás de esta iniciativa, pionera a escala mundial, existen varios objetivos, pero los resumiría en la combinación de dos: responder tanto al reto de capacitar a los alumnos y la sociedad para el cambio de modelo productivo como al reto del bienestar de alumnos y docentes. Así, se quiere reconvertir el sistema educativo para que sea capaz de dar respuesta a los retos de la transformación tecnológica exponencial, con instrumentos flexibles de personalización del aprendizaje que posibiliten pedagogías colaborativas y activas y que den un feedback formativo adecuado a cada alumno y sus tutores para ayudarles a aprender, poniendo todo el esfuerzo en asegurar que no dejen los estudios por culpa de modelos rígidos uniformizados. También se quiere reducir la enorme dependencia de clases particulares. Al mismo tiempo, la iniciativa quiere capacitar a los docentes para acompañar a los alumnos en su crecimiento y mejorar el bienestar y la salud mental de adolescentes y de docentes, además de saber diseñar mejor estrategias de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que Corea es uno de los países con mayor índice de suicidio entre adolescentes y, al mismo tiempo, el país con el menor índice de natalidad del mundo (0,7).

Con esta ambiciosa iniciativa, Corea lidera la integración de la IA en las escuelas, haciendo para todos lo que hasta ahora parecía sólo posible para quienes pueden pagar tutores y clases particulares: personalizar los aprendizajes con altas expectativas para todos. Y lo hace aligerando la carga del profesorado y preparando a los alumnos para un futuro dominado por la tecnología y para responder a los retos sociales, desigualdad incluida. ¿Qué aprendizajes e interrogantes nos aporta? Primero, que ante transformaciones exponenciales, las mejoras lineales no son suficientes, y que se necesitan acciones de política educativa disruptivas, atrevidas y de largo plazo, con buenos instrumentos de evaluación para ver su alcance. Segundo, que la respuesta a las dificultades de aprendizaje –y más con el 28% de pobreza infantil que tenemos– se encuentra en su personalización y en un soporte de calidad y sostenido por docentes bien formados y dotados, no en la uniformidad ni en el paternalismo. Tercero, que ir a trompicones leyendo los resultados académicos a corto plazo, en lugar de entender que son consecuencia de acciones o inacciones de más de diez años atrás, lleva a tomar decisiones ineficientes. El gran interrogante es cómo se pueden reformular los sistemas educativos para que sean útiles en una sociedad en la que la prosperidad se basa en el conocimiento, pero dónde se está transformando cómo construimos este conocimiento, cómo forjamos el criterio y cómo adquirimos las capacidades profesionales, equilibrando las ventajas y riesgos que comporta el contexto digital. En cualquier caso, la acción coreana muestra el necesario esfuerzo de adelantarse a los escenarios que ya todos intuimos cada vez que utilizamos ChatGPT.

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