'Sálvame'?

Carlos Mazon, en la Generalitat
27/11/2025
2 min

Que Carlos Mazón haya tildado de "SálvameLas preguntas sobre el reservado y la factura del restaurante El Ventorro, donde comió e hizo sobremesa con la periodista Maribel Vilaplana el día de la dana, es miserable.

Sálvame es ese programa de famosos y exclusivas que se hacía en la tele y, por extensión, como genérico, es hablar de lavadero. Pero no puede ser más relevante saber cuál es la factura del restaurante, porque hay gente que considera que "pagar un almuerzo" es conseguir cosas. Cama o trabajo. La factura, dos menús sin detallar, es de 160 euros. Por tanto, a ochenta cada uno quiere decir que no está incluido el vino. El pobre dueño del restaurante, si enseña la factura detallada, con el –imaginamos– chorrito del final o el whisky japonés que ahora está tan de moda, con una botella de Substance para impresionar, primero, y un Valbuena para la carne, está muerto. Las mejores facturas de los restaurantes son las que no pueden enseñarse. Nunca más, claro, nadie realizará ninguna comida de negocios en El Ventorro. Queda connotado para siempre, como La Camarga.

No es un Sálvame. Es un escrutinio público necesario. Un político lo es siempre, también cuando come y cuando duerme. Si Mazón bebió en esa comida, sus sensaciones sobre la urgencia, el bien y el mal estaban alteradas fatalmente. No se puede conducir un coche con una copa de más y tampoco un gabinete de crisis, porque tiendes a minimizar el peligro. El daño que se refiere al sector de la restauración y del vino esta frivolidad es de dimensiones incalculables. "¿Me va a decir usted las copas que yo tengo o no tengo que beber?", preguntó, hace años, José María Aznar. Hombre: "No conduzcas borracho", le habría tenido que contestar Stevie Wonder. Sálvame? ¿Pero cómo se atreve?

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