Señor arquitecto, hágame las ventanas bien grandes

Masía Torre Negra
01/01/2025
2 min

Leo en el AHORA el caso de Vallcebre, donde el alcalde y sus familiares han sido denunciados por los vecinos por haber rehabilitado una masía en estado ruinoso hasta convertirla "en una casa plenamente reformada saltándose la normativa urbanística". Por lo que dice la Fiscalía, el Ayuntamiento les autorizó a "hacer un aparcamiento, un porche, un local de ocio, placas fotovoltaicas, fosas sépticas y depósitos enterrados".

No es lo mismo un porche que un depósito enterrado (y las placas son un debate más complicado). Quiero decir que "inventarse un porche" estropea la fachada, pero enterrar depósitos, para almacenar agua, no. El estado de la masía, en la foto del ARA, antes de la rehabilitación es ruinoso. Y rehabilitar cuatro piedras y darle un uso (ético, claro) me merece respeto. Como habitante de masía, diré que es evidente que hoy nuestras vidas son otras que las de la gente hace doscientos años. Necesitamos fibra óptica, por ejemplo, y calentarnos, y soñamos (sin que sea posible) con una red de alcantarillado. Ahora bien. Si rehabilitas una masía, tienes una responsabilidad patrimonial. No puedes hacer lo que te da la gana, y si quieres hacerlo, concúrtete una casa nueva, donde te lo permitan. No tienes ningún derecho a agrandar las ventanas para que entre más luz, por ejemplo, oa destruir la chimenea original, que no te gusta, oa hacerte un garaje con tejado de pizarra, porque te parece cuqui.

Si digo esto, es porque lo veo constantemente. Todos los que pretenden habitar una masía lo primero que hacen es pedir permiso para agrandar ventanas. Pero las masías suelen estar orientadas a la perfección para aprovechar el sol en invierno. Y por eso las ventanas no suelen ser grandes, para evitar el sol del verano. Nuestros antepasados, que, al parecer mentira, no eran idiotas del todo, sabían que en verano una gigantesca ventana te hará licuar de calor. Como le ocurre, claro, a quienes se construyen casas nuevas en estos entornos rurales, como si vivieran en Oslo y no en Sant Kevin de Vallfosca.

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