Señor Carrizosa, ¿lo dice en serio?
Carlos Carrizosa, que es el miembro menos histérico de Ciutadans (no lo podemos comparar con Arrimadas o Rivera), le ha dicho a David Miró que con su partido en el poder la lengua catalana “sería más simpática, porque cuando la gente viniera aquí no pensaría que tendrá problemas con el idioma y habría mejor rollo”. Genial, escuche. Les diré a los franceses, a ver qué dicen. Afirma también que “Al inicio de la democracia la gente castellanohablante acogía con júbilo la introducción del catalán en las escuelas. Y esto ahora no ocurre en la misma medida porque se ha ido demasiado lejos y mucha gente se ha sentido ciudadano de segunda o menos catalán para hablar otra lengua”. Dice que “Estas exigencias de meterse con una mujer que trabaja en un horno o con un médico o enfermera porque utilizan el castellano son una persecución. Esto ha generado un movimiento de rechazo porque se ve al catalán como la lengua del poder, de la administración, una lengua de imposición, y esto la ha hecho antipática para muchos jóvenes”.
¿Se puede ser más provocador? Las lenguas no son ni antipáticas ni simpáticas. Son antipáticos o simpáticos sus hablantes. ¿La panadera de Madrid venida de Pakistán también se siente perseguida? ¿No tiene el médico la capacidad (entiendo que las ganas sí) de aprender la lengua milenaria del lugar donde cotiza? Flipo. Las lenguas se aprenden o no se aprenden. No se puede ir “demasiado lejos” aprendiendo una lengua a menos que la consideres, como Carrizosa, una lengua de segunda, y por tanto folclórica, y por tanto digna de utilizarse para cantarEl emigrante pero no para estudiar matemáticas o hacer películas, catas de vinos, novelas, podcasts de famosos o programas de radio. Decir que "se ha ido demasiado lejos y mucha gente se ha sentido ciudadano de segunda o menos catalán" es una absoluta falta de inteligencia. Por tanto, considero que el político Carrizosa hace afirmaciones que denotan falta de inteligencia. Y me muero de pena, porque creo que hay una parte de impostura, de argumentario. Pienso que no puede que de verdad piense esto.
