

La frase me baila por la cabeza desde que la oí sentada en el sofá de casa: "Los que están aquí (Arabia Saudí) van a poder comprobar que sois un país amable y cariñoso." El presidente de la RFEF, Rafael Louzán, anunciaba el deseo de repetir la Supercopa española de fútbol en Arabia Saudí. El tono de gato escaldado que ponía hace sospechar que ni él se cree los dos adjetivos que se ha sacado de la manga: "amable y cariñoso" O se le han tergiversado los conceptos y cree que "amable" es insultar y burlarse de los jugadores y aficionados que han perdido, y "cariñoso" es tocar el culo de las mujeres, hacerles fotos sin permiso y reírse.
Aficionados, jugadores y mujeres de jugadores del Mallorca (alguien se ha hecho sospechosamente atrás) explicaban las humillaciones que habían tenido que ocurrir cuando salieron del partido de la semifinal, con niños y ancianos incluidos. Hacerles pasar por corredores humanos, insultándolos y burlándose de la derrota mientras les clavaban tortazos en la nuca, los toqueaban y les intentaban robar las bufandas de su club. Increíble en un país civilizado. Pensábamos que habría jaleo, pero Louzán no se abrió boca. ¿Quizá porque no había que despeinarse por un equipo menor ¿cómo el Mallorca? Los afectados sí encendieron las redes y los medios también se hicieron eco. Pero la indignación duró hasta que el Barça se llevó la copa. Tenemos la memoria corta: lo que ha pasado hace dos días ya no es noticia, no vende, y por tanto se esfuma de los medios y del cerebro de la gente, sobre todo si es sustituido por la noticia de que el Barça se lleva la Supercopa . Pero el sainete no acababa aquí. Rafael Louzán nos sorprendía con otro estirabo. Y venía a decir que ahora que todo ha ido tan bien, ¿por qué no incluir al equipo femenino español de fútbol en este festival de paz, amor y democracia?
Todos sabemos que hay dos Arabias Sauditas: la del lujo y la que rompe a periodistas molestos o impide a una mujer algo tan básico como ir sola al médico. Sentí los comentarios de una periodista deportiva por RAC1. se había sentido protegida y segura mientras trabajaba, como dentro de una burbuja, pero cuando se atrevió a ir por su cuenta vio a las mujeres tapadas de arriba y abajo y se sintió agredida por las miradas de los hombres y cuando se subió a un taxi el conductor le dijo que qué hacía sola. Aquí debe venir un equipo femenino de fútbol? ¿No sé qué pensarán las jugadoras, pero asusta un poco.
Y también asusta que un presidente –de fútbol o de lo que sea– no defienda a los que en teoría representa, en este caso a los jugadores y aficionados del Mallorca. Quizás al señor Louzán solo se le bailan por la cabeza los 40 millones que los saudíes reparten a la Federación española como si fueran los reyes de oriente y que son los que aguantan este festival. Quizás el problema, o el error, es ir allí, como ya han manifestado algunos clubs que encuentran fuera de lugar tener que hacer las maletas para ir a jugar a 5.000 kilómetros en línea recta, una idea luminosa del defenestrado Luis Rubiales. Quizás si su sustituto hubiera sido mujer se habría repensado llevar la Supercopa a un país que las acosa. Esperamos que el equipo español femenino tenga voz y voto en la decisión.
Laporta afirma que los países del Golfo son un lugar de oportunidades, que se están abriendo. ¿A qué? ¿Debemos bajar la cabeza por 40 millones? Hacer ver que no pasa nada y animar a los saudíes a abrirse un poquito más? Que no sean tan cariñosos.