El jefe del Consejo, Carlos Mazón, durante la sesión de control celebrada este jueves.
07/09/2025
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Las Cortes Valencianas reprobarán al ministro de Exteriores español, J. Manuel Albares, "para despreciar al valenciano", según va anunciar el presidente valenciano, Carlos Mazón, que no para de chutar balones adelante, por lo que quien día pasa año empuja. Sin embargo, la nueva martingala mazonesca es un ejemplo especialmente retorcido (y especialmente preocupante) de cómo el cinismo y la mentira de ciertos discursos políticos acaban generando lo que conocemos como hechos alternativos: una versión de la realidad completamente falseada que aspira a presentarse como verdadera.

Mazón acusa a Albares de falta de sensibilidad con el valenciano, porque no pide su oficialidad en Europa. Albares, en efecto, procura sortear las trampas de los secesionistas lingüísticos y se refiere siempre al catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales en el Estado que el gobierno español propone ahora como oficiales en la UE. En una entrevista en Onda Cero, el periodista Alsina le preguntó repetidamente por el "valenciano", y Albares no salió de su guión: euskera, gallego y catalán. La clave de la tergiversación se encuentra en que "valenciano" es el nombre oficial de la lengua catalana en la Comunidad Valenciana, de acuerdo con su Estatuto de Autonomía. Una denominación que en su momento quiso ser de consenso pero que el nacionalismo español exprime a fondo para promover la confusión y el blaverismo: la reivindicación de una inexistente lengua valenciana, supuestamente distinta a la catalana.

Mazón, pues, finge indignación por una discriminación contra el valenciano en Europa que no se ha producido, mientras el gobierno que él preside tiene el arrinconamiento y ahogo del valenciano como su única y obsesiva política lingüística. Tanto por su acuerdo de presupuestos como por propia convicción, la ofensiva de la tenaza PP-Vox contra la lengua de los valencianos es constante: persecución contra la Academia Valenciana de la Lengua, supresión o arrinconamiento del valenciano y de la televisión pública, declaración de Alicante como ciudad castellanohablante, imposición de un top teorías anti o acientíficas, etc. ¿Por qué incurre Mazón en esa contradicción?

Lo hace porque, en el contexto valenciano, Mazón y su gobierno tratan al "valenciano" como "catalán", y por tanto como un objetivo a abatir. En el contexto europeo, en cambio, simulan que el "valenciano" es un idioma diferenciado, que sirve para acusar a Albares y al gobierno español de una discriminación que no se ha producido. Atacan así su otro gran enemigo, que es el gobierno sanchista. A partir de un planteamiento falso, por tanto, llegan a desarrollar un doble discurso que también es falso, y que convierte la lengua en elemento de crispación y fractura social, a través de la desinformación y de los discursos anticientíficos. De todo esto, el PP (Vox no lo sé) es perfectamente consciente de ello, pero abraza sin dudarlo el camino de la filología recreativa y de la confrontación social con la lengua como excusa. Lo hace porque se encuentra (se ha encontrado siempre) perfectamente cómodo.

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