En Barcelona, en una de las embajadas más antiguas, durante años siempre había alguien plantado en la entrada. Iba vestido de calle. Nadie podía identificarle. Pero él vigilaba a todo el mundo. Cuando veía a un enemigo disparaba con la boca: "Ssssssss..." Silbaba. Sin cesar. Como una ametralladora. Las "Sssssss" llegaban a la planta de arriba. Allí los diplomáticos estaban reunidos. Hablando, debatiendo, de cosas de vital importancia para su país. Txist, xist...
Durante el franquismo, en el 592 de la Avenida José Antonio (hoy Gran Vía de las Corts Catalanas), el Centro Comarcal Leridano en Barcelona era una embajada de la Cataluña invisible, la natural, la real . Aquí se charlaba de cosas secretas, prohibidas, ilegales. Aquí se enseñaba catalán, historia de Cataluña, se hacían publicaciones en catalán, recitales de poesía, sardanas, escultismo, cinefórums... Aquí hicieron los primeros conciertos Els Setze Jutges... Aquí circulaba todo el mundo: tenderos, vendedores, trabajadores de fábrica, universitarios, abogados, escritores, taxidermistas, antenistas... Aparentemente personas inofensivas. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias. Forman parte de una organización peligrosa para el estado invasor. Mantienen una nerviosa actividad diplomática: quieren que su país sea reconocido. Y por eso se la juegan. Las “sssss” son un mensaje encriptado: la policía sube y debe pasarse del catalán al castellano. La Guerra es esto.
Desde 1927 existe el Centro Comarcal Leridano. Aquí ocurre todo. Aquí viene todo el mundo. Fábrica de ideas del separatismo de los años veinte y treinta. Macià es presidente de honor.Cluster de los empresarios leridanos en Barcelona... Porque, si nos fijamos, en Barcelona no existe Centro Comarcal Tarraconense o Gironí. Pero sí, Leridano. Lleida está lejos. Si alguien puede hablar de inmigración son los leridanos: de Almatret a Sort. De la llanura a la montaña. Es la inmigración masiva que no quiere verse y que ha construido Barcelona. Se marcharon de casa buscando futuro como todo inmigrante. En 1927, 1934, 1950, 1964, 1971... En los ochenta era calor de fuego en el suelo para los estudiantes ilergets en la capital. En los noventa, nodo de los encuentros de la primera internet catalana... Ahora comienza una nueva era diplomática: la reinauguración, resurrección y lanzamiento en el espacio del Centro Comarcal Leridano en Barcelona.
Desde la covid que está cerrado. Unas reformas estructurales y colosales del edificio han retrasado su apertura. Una necesidad de hacer un F5, uno refresh, en el siglo XXI. Pero a partir del 4 de noviembre tiene la puerta abierta al universo. El Centro debe ser la Embajada de Lleida en Barcelona. Siempre había sido punto de encuentro de las relaciones fuera de su país de los leridanos. Pero ahora también de las relaciones bilaterales "de estado a estado": Condado de Urgell-Condado de Barcelona. Lleida, Ponente, el Pirineo, la Tierra Firme, la Cataluña occidental es la pizarra, el laboratorio, la start-up eterna de los grandes problemas, retos, desafíos, soluciones que tiene Cataluña, Europa y el mundo: agua, sequía, energía, alimentación, despoblamiento, inmigración... Por eso hace falta una Embajada. Por ser capital pararrayos y alioli de todo.
Por aquí debe pasar la poesía, la literatura, los debates económicos, las visiones gastronómicas, territoriales, energéticas, migratorias...no ya de Lleida, Barcelona: de todos los países catalanes. Pero sobre todo las nuevas generaciones de ilergetes que deben liderar el Centro. Los que están en Barcelona y los que están en Lleida. Una nueva diplomacia para un país nuevo. Porque el Centro Comarcal Leridano no debe ser del Centro de Lleida: debe ser el Centro del Mundo. Una embajada que trate el futuro de tú a tú.