La violencia buena

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El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana.

El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, ha lamentado en una intervención en un ágora inspiradora (el Fórum Europa que organiza Nueva Economía Fórum, tú ya me entiendes) que "la violencia está absolutamente demonizada". La violencia, por lo visto, también habrá sido cancelada por la cultura woke: ya no se pueden hacer chistes de homosexuales y ya no se puede abanicar un tortazo a un malo sin que te lo recriminen. Al conseller Viciana le preocupa que esto pueda tener una incidencia negativa en el aprendizaje de las criaturas, y hace un llamamiento a educarles en la violencia. "Queremos explicar a los alumnos que la violencia en ocasiones puede estar justificada", dijo, dado que "la Policía, la Guardia Civil o el Ejército deben actuar". Y añadió que "no toda violencia es mala de por sí, existe violencia que lamentablemente es necesaria". Viciana, que no tiene conocimientos ni experiencia en educación, accedió al cargo el pasado mes de junio. Es, por tanto, uno ayuser en toda regla, que fue recibido con entusiasmo por las asociaciones de escuela privada y concertada, y que percibe un salario de 100.556,52 euros al año por decir cosas como las que acaba de leer usted.

No es ninguna descubrimiento la fascinación que siente la derecha por la violencia y las armas, siempre que sean utilizadas contra los demás. Para cubrirse un poco los hombros, el consejero Viciana circunscribe sus primorosas opiniones a la violencia ejercida por los cuerpos y fuerzas de seguridad (por el Estado, en definitiva), con el bien entendido, para él, que la violencia infligida desde de las instituciones no puede ser motivo de reproche. Debemos suponer que esto incluye los porrazos y los gases lacrimógenos que sus votantes recibieron durante sus recientes alborotos en la calle Ferraz de Madrid, y todo por putodefender en España.

En un momento que todo el mundo quiere introducir todo tipo de contenidos dentro de las materias que se estudian en la escuela, el conseller Viciana quiere albergar la violencia justificada, la violencia necesaria, la violencia buena, que es aquella que se ejerce contra los enemigos de los bonos españoles. En un modelo de estado que delega, precisamente, la gestión de la violencia en los uniformados, de modo que los ciudadanos particulares no pueden —afortunadamente— tener ni llevar armas, lo que plantea Viciana no es una cuestión menor. La viciada y tergiversada idea de libertad que predican las derechas ultranacionalistas españolas incluye también, por supuesto, la libertad de recurrir a la violencia “cuando esté justificada”. ¿Y cuándo está justificado? En Baleares, convertidas en laboratorio de pruebas de la extrema derecha como resultado de la suma tóxica del PP (el partido del propio Viciana) y Vox, ya se ha autorizado a los cazadores a cazar con armas dentro de Palma, y ​​existe un punto de el acuerdo entre los dos partidos que especifica llevar a los niños en edad escolar a corridas de toros, que entienden como patrimonio cultural. Los tiempos que ya han llegado (véase el acuerdo europeo por la inmigración) abarcan la exaltación de la violencia como valor vital y cívico.

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