El 1-O y el 17-A: los dos episodios que marcan el legado de Trapero

De convertirse en referente por los atentados al plan para detener al gobierno de Puigdemont

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Ferran López, a la izquierda, en la rueda de prensa de Trapero hace dos semanas por su restitución

MadridJosep Lluís Trapero ha sido el mayor de los Mossos d'Esquadra con más proyección pública y más conocido por parte de la ciudadanía, sobre todo porque era el máximo responsable operativo del cuerpo durante los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils y durante el referéndum y la declaración de independencia de octubre del mismo año. También es el único que ha salido absuelto de un juicio por rebelión y sedición.

Un plan para detener al Govern

El mayor pasó de celebrar las vacaciones con Puigdemont a ofrecer a la justicia su detención

En el marco de los procedimientos judiciales contra el 1-O, Trapero fue acusado en connivencia con los líderes independentistas. En 2016 se habían hecho virales fotografías y vídeos de una paella que la periodista Pilar Rahola organizó en Cadaqués donde coincidieron figuras como el presidente del Barça, Joan Laporta, el ex president Carles Puigdemont y Trapero. Pero durante su comparecencia como testigo en el juicio del Tribunal Supremo el 14 de marzo de 2019 demostró que una cosa es la vida privada y otra la profesional: para distanciarse del relato acusatorio, explicó que había ordenado diseñar un plan para detener al Govern a las puertas de la DUI si la justicia así lo requería. El 23 de marzo de 2018, de hecho, ya lo había revelado a la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela cuando lo citó a declarar como investigado en fase de instrucción.

Con su declaración en el Supremo, a muchos ciudadanos les sorprendió la contundencia con la que Trapero se desmarcó de los planes independentistas. El recuerdo del 1-O era de unos Mossos que no optaron por la violencia policial de la Policía Nacional y la Guardia Civil y que, en muchos lugares, contemporizaron con la votación. En la Audiencia Nacional, ya como acusado, detalló el plan y envió una copia, a pesar de que en su momento no se redactó para evitar filtraciones. Se hubiera detenido al president Puigdemont y a los consellers en el Palau de la Generalitat o en el del Parlament y se los habría trasladado hasta el complejo central de los Mossos en Sabadell, para ponerlos a disposición de los tribunales.

A pesar de elaborarse más tarde, ya con los procesos judiciales abiertos, sí constaba un correo electrónico entre los comisarios Ferran López y Xavier Gámez el 25 de octubre de 2017 en el que se ponía de manifiesto la orden de Trapero a sus subordinados. Además, también había incorporado a la causa los correos a los presidentes del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y de la Fiscalía Superior de Catalunya en los cuales comunicaba que se ponía a su disposición. "Mi posicionamiento sería el mismo que en 2017, que es el cumplimiento de la ley, que es aquello a lo que estamos obligados", afirmó en una entrevista a TV3 el 20 de junio pasado sobre una hipotética situación parecida en el futuro.

El papel en el 1-O

El choque con De los Cobos y los avisos al Govern

Los días previos al 1-O, a Trapero le molestó que la Fiscalía nombrara al teniente coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos como coordinador del dispositivo policial conjunto de cara al referéndum. No tenían una relación personal especialmente buena y, además, al mayor no le gustó que se restara autonomía a la policía catalana. Ese choque fue público, con comparecencias y cartas enviadas al fiscal José Maria Romero de Tejada, y finalmente la ausencia de Trapero como representante de los Mossos en las reuniones de coordinación con la Policía Nacional y la Guardia Civil -iba su número 2, Ferran López.

Lo que no se conoció hasta el juicio es que el mayor y otros comisarios del cuerpo acudieron el 26 y el 28 de septiembre al Palau de la Generalitat para intentar convencer a Puigdemont de desconvocar el 1-O. Se preveía una gran movilización e importantes alteraciones del orden público, teniendo en cuenta que había un mandato judicial para impedir la votación. Los Mossos estuvieron a punto de salir en rueda de prensa para dar un mensaje contrario al referéndum, pero finalmente no lo hicieron, tal como explicó Trapero. Las horas previas al 1-O muchos colegios se llenaron de actividades y los agentes de Mossos iban a levantar acta sin desalojarlos, hecho que contribuyó a observar una cierta complicidad que gustó a algunos e indignó a otros.

La absolución y la restitución

La defensa de Trapero siempre creyó en la inocencia

Después de la DUI, Trapero se despertó cesado por el 155 de Mariano Rajoy y con un procedimiento judicial ya abierto. Ya hacía días que Jordi Sànchez y Jordi Cuixart estaban en la prisión por los hechos del 20-S ante la conselleria de Economía y el mayor de los Mossos ya había ido hasta dos veces a la Audiencia Nacional. Trapero pasó a centrarse en defender su inocencia. La condena del Supremo a los líderes independentistas supuso una piedra en el camino, porque resolvía que había habido colaboración entre la policía y el Govern. Con todo, la defensa del mayor veía posible la absolución.

La falta de solidez de la acusación y de pruebas concluyentes, junto con la ponencia del juez progresista Ramón Sáez, propició el escenario deseado por Trapero. El 21 de octubre de 2020, la sentencia absolutoria para los cuatro acusados, también Pere Soler, Cèsar Puig y Teresa Laplana, fue una estocada a la Fiscalía y al relato de Pérez de los Cobos. Al cabo de unos días, el 12 de noviembre, el conseller de Interior en ese momento, Miquel Sàmper, le propuso la restitución y Trapero aceptó. Tanto en Catalunya como Madrid se destaca ahora que la relación entre Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional es muy fluida, como la noche y el día si se compara con la de 2017.

Los atentados del 17-A

Trapero, convertido en fenómeno social

Antes de los hechos del Procés, sin embargo, Trapero se había convertido en un fenómeno social como consecuencia de los atentados terroristas del 17-A. Mucha gente canalizó la conmoción en la figura del mayor de los Mossos, que comparecía con serenidad y contundencia en las ruedas de prensa. Su frase "Bueno, pues muy bien, pues adiós" a un periodista que pedía una respuesta en castellano acabó incluso en lema de camisetas. En el juicio que se celebró en la misma sede de la Audiencia Nacional que el del 1-O, en San Fernando de Henares, el protagonismo fue para cargos inferiores de Mossos. Trapero ni siquiera fue citado como testigo y solo acudió de público, el día que se cruzó la mirada con Driss Oukabir, uno de los condenados, con el que tenía un encuentro pendiente desde el 17-A.

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