Partidos

250, 500, 1.000 euros... ¿Cómo de caro es rebelarse contra la disciplina de voto?

Los partidos prevén sanciones económicas e incluso expulsiones para sus diputados díscolos

Joan Abel Yuste
4 min
Rajoy se equivoca en la votación de los presupuestos del Estado  al Congreso

Votar a favor de la elección de Enrique Arnaldo como magistrado del TC ha sido un plato que debe de haber hecho atragantarse a más de un diputado del PSOE y de Podemos. Muy vinculado al PP, hasta el punto de aparecer como investigado en alguna de las tramas corruptas del partido, como Lezo o Palma Arena, la cantidad de posibles irregularidades e incompatibilidades por el cargo que acumula han ocupado los titulares de las últimas semanas. Demasiado trance, deben de haber pensado los diputados del PSOE y del partido lila que han decidido saltarse la disciplina de voto o no estar presentes durante la votación. El más destacado, el ex alcalde socialista de San Sebastián Odón Elorza, que lo ha anunciado públicamente.

Odón Elorza ha votado en contra del magistrado Enrique Arnaldo al TC

Ninguna normativa vincula a los diputados a las decisiones de su partido y, por lo tanto, según la Constitución, los diputados tienen libertad de voto, un derecho personal e indelegable. Con todo, prácticamente todos los partidos prevén sanciones económicas o expulsiones para los diputados que se salten la disciplina de voto. El PSOE dispone en su normativa que todos los diputados tienen que adscribirse a la "unidad de actuación y disciplina de voto", y deja en manos de la comisión de ética y garantías del partido las posibles sanciones, que tradicionalmente no han superado los 600 euros de multa.

El diputado del PSOE Odón Elorza en el Congreso de los Diputados.

Unidas Podemos también prevé sanciones contra la indisciplina de voto: si son graves de entre 250 y 500 euros, y si son muy graves pueden llegar hasta 1.000 euros, además de la posibilidad de apartar el representante público del grupo parlamentario. Las infracciones leves no comportan sanción económica.

El PP ve como falta grave la indisciplina de voto, que incluye la suspensión de la afiliación temporal al partido, así como la inhabilitación para ocupar cargos dentro del partido o como representante público, a pesar de que a menudo todo ello queda en una multa. Aun así, la indisciplina por cuestiones morales o éticas no estaría incluida en este régimen sancionador.

Vox no tiene ningún reglamento público de sanciones, pero un documento en lo referente a este tema de cara a las elecciones municipales del 2019 preveía multas de hasta 3.000 euros. Ciudadanos prevé, incluso, la expulsión del partido.

Los precedentes

No seguir la disciplina de voto es poco habitual, y cuando pasa, suele estar relacionada con temas polémicos o sensibles para los partidos. Uno de los precedentes más sonados es el que protagonizaron 16 diputados del PSOE en 2016, durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy. El PSOE, después de una repetición electoral, decidió finalmente permitir, con la abstención, que Rajoy fuera presidente. Pedro Sánchez, jefe de cartel de los socialistas, había hecho famoso el "No es no" a Rajoy, y él y 15 diputados más se mantuvieron en el no. La mayoría de los diputados del PSC, y otros de fieles a Sánchez, como Meritxell Batet, Margarita Robles, José Zaragoza, Manuel Cruz y el mismo Elorza, se unieron al entonces defenestrado primer secretario general. Se los sancionó con 600 euros a cada uno.

El PSOE ha tenido más casos de diputados díscolos en el Congreso. En 2013, una decena de diputados del PSC, entre ellos Batet, votaron a favor de una resolución de CiU que abogaba por el derecho a decidir de Catalunya. Carme Chacón, entonces cabeza de lista del PSC, para no desmarcarse de la posición del PSOE, no participó en la votación. El grupo parlamentario decidió finalmente no sancionarlos.

Carme Chacón no participó en la votación a favor del derecho a decidir de Catalunya.

Tres años antes, el diputado Antonio Gutiérrez, que había sido líder de CCOO, se abstuvo en la votación de la reforma laboral que impulsó el gobierno socialista, y en 2011, con cuatro diputados más, en contra de la reforma del artículo 135 de la Constitución que establece la estabilidad presupuestaria y el pago prioritario de la deuda pública. En 2016, los cuatro diputados aragoneses del PSOE votaron en contra de una iniciativa de ERC que pretendía asegurar el caudal ecológico en el delta del Ebro modificando el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro.

Pero no solo en el PSOE ha habido indisciplina. La diputada popular Celia Villalobos fue multada con 300 euros en 2005 por votar a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, y en 2014, cinco diputados votaron en contra de la reforma de la ley del aborto planteada por Ruiz-Gallardón. 500 euros de multa por esta segunda indisciplina. En cuestiones referentes a la memoria también ha tenido disidentes el PP. El 2018, dos diputados votaron en contra de la exhumación del dictador Francisco Franco, cuando el partido decidió abstenerse, y Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente español Adolfo Suárez, votó el año pasado en contra de retirar las medallas a torturadores franquistas una vez ya hubieran muerto. En estos dos últimos casos no se sancionó a los díscolos.

stats