Absuelven a un detenido en las protestes postsentencia de Girona por las contradicciones policiales

El tribunal lamenta las "numerosas lesiones" que presentaba el acusado después del arresto

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De espaldas, el joven acusado por los disturbios postsentencia  en Girona, durante el juicio del pasado 2 de noviembre

GironaLa Audiencia de Girona ha absuelto a un joven detenido durante las protestes postsentencia que tuvieron lugar en Girona el 18 noviembre de 2018 que estaba acusado de haber tirado piedras contra la policía, resistirse a la detención y herir a un agente. El fiscal pedía 5 años de prisión por los delitos de atentado contra los agentes de autoridad, lesiones a un agente y desórdenes públicos. En la sentencia, el tribunal repasa todas las incongruencias en el relato de los agentes de la Policía Nacional que lo detuvieron y considera que no se ha probado ninguna de las acusaciones de la Fiscalía. Así mismo, lamenta las “numerosas lesiones que presentaba el acusado después de la detención”. “Su presencia [de lesiones] unida a la falta de explicación racional por parte de los agentes declarantes lesiona la coherencia externa del relato policial y, en consecuencia, la fiabilidad de su testimonio”, recalca. 

En una sentencia de nueve páginas, el juzgado argumenta en detalle todas las contradicciones en la versión de los agentes de la Policía Nacional que declararon en el juicio, y califica su relato de "singularmente lacónico" y "carente de detalles". Además, niega que su versión de los hechos tenga presunción de veracidad. “¿Qué sentido tiene el proceso, el juicio y la presencia de un juez o tribunal imparcial si la tesis policial tiene presunción de veracidad?”, se pregunta después de aseverar: “No existe esta presunción de veracidad”. 

En cuanto a las incongruencias policiales, la Audiencia recuerda que los hechos tuvieron lugar por la noche, en una zona poco iluminada y en un contexto de guerrilla urbana y respuesta policial “extremadamente caótica”; “cosa que hace que la identificación de los participantes sea complicada”. En este sentido, pone de manifiesto que los agentes no describieron ninguna característica identificativa del chico, y que se contradijeron sobre si llevaba la cara tapada: un agente dijo que sí y otro que no. 

Un mordisco inexistente

Tampoco da fiabilidad a su testimonio cuando afirmaron que vieron que el joven lanzaba un adoquín contra la línea policial: “Los dos policías coinciden en decir que el acusado no estaba de pie, sino «semiagachado» o «de rodillas». No parecen las mejores de las posiciones para lanzar un objeto pesado a distancia”, consideran los magistrados. Además, añaden que uno de los agentes no fue capaz de aportar “ninguna información” sobre las características del adoquín y duda de que los policías no llegaran a perder de vista en ningún momento a la persona que les había tirado piedras –lo detuvieron un rato después de los hechos. 

Los magistrados, además, critican que un policía dijera en la primera declaración que el arrestado le había mordido el dedo –tal como recogía el fiscal– pero que durante el juicio este agente negara ningún mordisco. “Esta contradicción contribuye poco a la fiabilidad de la testifical”, subraya el tribunal. De hecho, tampoco ve acreditado, como pedía la acusación pública, que el acusado diera “patadas y golpes fuertes” a los policías cuando lo arrestaron, puesto que, si hubiera sido así, los agentes presentarían lesiones por varias partes del cuerpo. En cambio, un agente no tenía ninguna herida y el otro presentaba una lesión en la mano izquierda, pero que no supo explicar ni cuándo y ni cómo se lo había hecho el detenido.

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