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De acusar a los Mossos de hacer "redadas racistas" a comparar el independentismo con ETA: los estirabots de Podem con Catalunya

La formación lila acumula un largo historial de declaraciones polémicas con las reivindicaciones catalanas

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23/08/2025
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BarcelonaLa secretaria general de Podemos, Ione Belarra, abría hace unas semanas la caja de los truenos en una entrevista en el diario ARA cuando reiteraba la oposición de la formación lila al traspaso de competencias en inmigración en Catalunya porque consideraba que si los Mossos asumían estas funciones harían "redadas racistas". No es la primera polémica que Podemos ha generado en tierras catalanas, pese al compromiso que defiende con el estado plurinacional. Una de las más conocidas fue cuando el entonces secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sentenció que el independentismo había despertado el fascismo a raíz del Proceso, justo antes del inicio de la campaña del 21-D del 2017. -Busco_ despertar la mayor amenaza para la democracia: el fantasma del fascismo". En un acto en Sant Adrià de Besòs, Iglesias puso en el mismo saco espanyolistas e independentistas, a los que acusó de buscar el "voto de la venganza". En un discurso sin concesiones, reprochó que el independentismo hiciera "promesas grandilocuentes que sabían que eran mentira" sin querer admitir que el Estado se había negado a buscar una salida democrática y había optado únicamente por la senda de la represión.

No fue la única polémica de aquella campaña. Juan Carlos Monedero, ex número tres de Podemos e ideólogo del partido, llegó a comparar a las fuerzas independentistas con ETA. "Excepto por la violencia", espetó. Monedero apuntó que el independentismo había tratado de provocar "respuestas desmedidas" del Estado para justificar su lucha política, reproduciendo una táctica que recordaba "la estrategia de ETA".

El referendo del 2017 supuso un auténtico descalabro para la formación lila en Catalunya. Pese a respetar el posicionamiento de Podemos Catalunya, que, bajo la dirección de Albano Dante Fachin, acordaba en julio implicarse en la consulta y llamar a votar, el líder de los lilas defendió justo al día siguiente de que su partido quería un referendo pactado y con garantías. Pero para permanecer legitimado en la votación, Iglesias fue más allá y reveló que no acudiría a votar si tuviera la oportunidad: "Pensamos que no hay que criminalizar, pero si fuera catalán, yo no participaría".

Ridiculizar el referéndum

Pocos meses antes del 1-O, el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, dijo que su partido no tenía inconveniente en que la alcaldesa de Barcelona, ​​Ada Colau, pusiera "cajitas", en referencia a las urnas, el día de la votación, minimizando así la jornada. Echenique, como el resto de la dirección, tomaba el referendo como una movilización legítima pero que no era vinculante.

La resaca del 1-O no motivó un cambio de rumbo. Pocas semanas después de la votación, Carolina Bescansa, fundadora de Podemos y una de las voces más respetadas en ese momento en el partido, abrió una crisis interna cuestionando la estrategia política de la dirección. Bescansa denunció que al partido le faltaba "un proyecto político para España" y que sólo se dirigía a los independentistas. "A mí me gustaría un Podemos que hablara más en España y en los españoles, y no sólo a los independentistas", afirmó. La diputada consideraba que la formación no había explicado de forma suficientemente convincente que no apoyaría la independencia "ni por la vía unilateral, ni por la bilateral", contradeciendo así los postulados de la formación lila, que entonces defendía un referéndum pactado.

Unas semanas más tarde, cuestionó que Catalunya y el País Vasco tuvieran más derechos que el resto de territorios del Estado. Así, espetó que el debate central era si la condición de nación de un territorio "genera más derechos políticos y económicos o no". "Creo que es esto lo que hay que discutir, no tanto lo que consideramos como nación. En España la gente es muy tolerante y entiende muy bien que hay nacionalidades, regiones, comunidades y países en nuestro país. La cuestión es qué significa esto en términos de derechos económicos y políticos. Y eso es lo que hay en el fondo de este debate", dijo.

Dirigentes históricos del partido también han menospreciado al expresidente Carles Puigdemont. Echenique se mofó compartiendo una información de un establecimiento que un empresario andaluz militante de Vox había bautizado como Pig Demont y que utilizaba la caricatura de un cerdo con un peinado y unas gafas parecidas a las del presidente. "El humor desde la discrepancia también es establecer puentes. Si hubieran puesto una cola en el cerdo, ¿se enfadaría el Pablo Iglesias? Estoy seguro de que no", decía en un tuit participando en el escarnio colectivo que sufrió Puigdemont.

Podemos también hizo declaraciones sobre el origen de los catalanes en la campaña del 27-S del 2015. "Esta gente de barrio que no vota debe enseñar los dientes; esa gente de barrio que no se avergüenza de tener abuelos andaluces o padres extremeños tiene que enseñarles a dientes. votar el día 27. Estas clases populares deben sacar su orgullo de barrio", exclamó Iglesias. El mismo argumento lo había utilizado, dos días antes, la entonces vicepresidenta del Congreso, la popular Celia Villalobos (PP), que llamó a los hijos y nietos de andaluces de Catalunya a rebelarse por el Proceso.

Aval a las acusaciones contra Trias

Iglesias se ha mostrado muy duro en los últimos años con las cloacas del Estado. Pero unos años antes, su posicionamiento era muy diferente. En las municipales del 2015, Iglesias sí dio credibilidad a la información que publicó El Mundo sobre las supuestas cuentas millonarias del candidato a la reelección, Xavier Trias, y que después se demostró que era falsa.

Durante aquella campaña, Podemos e Iglesias aprovecharon las acusaciones que versaban sobre Trias, que era el gran rival de Ada Colau, para reforzar su discurso contra la "casta" y la corrupción. En un acto en Nou Barris, el secretario general de Podemos se refirió explícitamente a los políticos con cuentas en Andorra o Suiza como "ladrones" y "gentuza", en clara alusión a Trias.

La nueva dirección surgida de las primarias de junio, que lidera María Pozuelo, considera una etapa superada tanto el Proceso como las diferencias que el 1-O generó entre el partido en Catalunya y la cúpula en Madrid. En este sentido, fuentes de la formación afirman que actualmente la alineación con Podemos estatal, comandada por Ione Belarra, "es completa", porque comparten la forma de entender al Estado como un "contingente de nacionalidades". "Podemos siempre ha defendido el derecho a decidir de los pueblos", afirman desde Podemos Catalunya, pero consideran que no existe un conflicto político "abierto" sobre el encaje de Catalunya dentro de España. "El relato del conflicto sólo sirve para ocultar la falta de soluciones reales a los problemas cotidianos de la ciudadanía, como la vivienda, la precariedad laboral o la emergencia climática", concluyen.

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