Un año de la guerra que hizo estallar ERC: ¿se han reconciliado los protagonistas?
En el último año, Junqueras y Rovira sólo se han visto dos veces
BarcelonaEl que llevaba meses cociéndose de forma soterrada estalló apenas unas horas después de la derrota de las elecciones del 12-M. Pere Aragonès asumía la derrota y anunciaba que daba un paso atrás, mientras que el entonces y también ahora presidente del partido, Oriol Junqueras, daba el movimiento contrario: un paso adelante para seguir liderando la formación republicana. El tándem que había pilotado la conselleria de Economia durante el 1-O se rompía, al igual que el binomio que había dirigido ERC durante los últimos once años: Marta Rovira también anunciaba su retirada. Los republicanos se sumergieron en una de las guerras más duras que ha vivido el partido, que se prolongó en el tiempo y se agravó después de que el ARA publicara el escándalo de los carteles contra los Maragall. ¿Dónde están ahora las tres caras visibles del partido en ese momento? ¿Qué relación tienen después de la guerra? ¿El partido se ha recuperado después de la batalla?
Oriol Junqueras revalidó el liderazgo en las primarias de finales del año pasado y se impuso a los críticos, entre ellos Marta Rovira y Pere Aragonès. Ahora bien, no lo hizo en la primera, sino que necesitaron dos votaciones para revalidar el cargo con un 52% de los soportes. Junqueras pilota ahora el partido con un equipo nuevo, y la relación con la que fue su número dos, Rovira, es nula. En el último año se han visto dos veces: el pasado julio en Cantallops, cuando Marta Rovira regresó del exilio, y en el consejo nacional del mes de enero, el primero que convocó a la nueva cúpula republicana tras las primarias. Ahora mismo, de hecho, Rovira vive en Suiza.
Tras hacer el traspaso con la nueva secretaria general, Elisenda Alamany, Rovira se ha alejado de la vida orgánica del partido. En un inicio ella misma se había mostrado predispuesta a tener un papel dentro de Esquerra para aportar el conocimiento adquirido a nivel internacional todo el tiempo que ha estado exiliada en Suiza. Unos conocimientos que pone a disposición del partido pero sin ir más allá. En noviembre del pasado año cerró su etapa como secretaria general y puso punto y final a su etapa política, una decisión que considera irreversible. "Dejé claro que salía de la política", subraya la propia Rovira, consultada por el ARA. De hecho, la dirección junquerista tampoco le ha concretado oferta alguna, confirman fuentes de la ejecutiva republicana.
La relación entre Junqueras y Aragonès tampoco es como antes. Ambos se reunieron hace unas semanas y el partido publicó imágenes del encuentro en las redes sociales. El propio expresidente de la Generalitat decía en una entrevista en SER Catalunya que aconseja al partido cuando se lo piden. Ahora bien, la interlocución no es diaria ni constante con Junqueras, según apuntan varias fuentes consultadas. A Aragonés no le gustó el informe de la comisión de la verdad sobre el caso de los carteles de los Maragall y la forma en que se hicieron públicas las conclusiones en el congreso de marzo.
De hecho, este escándalo destapado por el ARA tensó y sigue tensando el partido. Especialmente la relación entre junqueristas y roviristas. El informe elaborado por la comisión pilotada por Joan Tardà enervó a los críticos con Junqueras, que le consideraron un "escarnio". Más allá de esta comisión, todavía está pendiente de que los órganos internos del partido dicten el veredicto de la investigación interna que ahora pilota la nueva responsable de cumplimiento, la ex alcaldesa de Sant Cugat del Vallés Mireia Ingla. La primera propuesta de sanciones que hizo la comisión de garantías –y que ahora debe revisar a partir del informe que haga Ingla– apuntaba a cuatro personas responsables: el militante de Anoia que encargó los carteles, el exjefe de comunicación de ERC Tolo Moya, el exviceconsejero de comunicación Sergi Sabrià y el exvicesecretario de comunicación.
El entorno de Rovira y también de Aragonès está completamente fuera de la vida del partido. Sin ir más lejos, quien fue vicesecretario de comunicación del Govern, Sergi Sabrià, ha roto el carnet del partido y Junqueras no ha mantenido ninguna de las figuras que en la guerra se situaron junto a Rovira. Destituyó, de hecho, a quien era la portavoz de los republicanos en el Parlament, Marta Vilalta, en uno de los primeros movimientos que hizo cuando revalidó el cargo, pero también despidió al responsable de la investigación interna del caso de los carteles, Xavier Mombiela. Sólo Josep Maria Jové y Teresa Jordà han mantenido sus respectivos cargos de presidente y portavoz adjunta, respectivamente, en el Parlament y en el Congreso.
La renovación territorial y la gobernabilidad
Con nuevas caras visibles en el partido, Esquerra apenas está cerrando los congresos para renovar también sus estructuras en el territorio. La dirección republicana está satisfecha de cómo ha ido todo el proceso. consiguieron imponerse por la mínima en Junqueras. Aún quedan algunos congresos, como el de la Catalunya Central, donde el proyecto de Nueva Izquierda Nacional (los críticos) tenía más efectivos y donde según fuentes consultadas finalmente darán el paso y presentarán una candidatura alternativa a la que ha avalado la dirección.
De todos modos, Junqueras acabará este proceso con más paz de la que se preveía. Tras meses de guerra interna, ahora el partido mira a las próximas elecciones municipales, que serán claves para ver si la formación recupera músculo electoral. En medio, la organización también se la juega a la hora de hacer cumplir los acuerdos firmados con los socialistas tanto en Cataluña como en Madrid. El partido sigue teniendo la clave de la gobernabilidad en Catalunya, que hará valer en los próximos meses: antes del verano debería haber concreciones en el nuevo sistema de financiación y también para avanzar en el traspaso de Cercanías.