Aragonès quiere aprovechar el aniversario de las elecciones para rehacer la unidad independentista

El 'president' se reunirá con los partidos y entidades antes de la conferencia que pronunciará el 14-F

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Pere Aragonès.

BarcelonaPere Aragonès quiere que el primer aniversario de las elecciones del 14-F sea un punto de inflexión para rehacer la unidad independentista y la hoja de ruta del Procés. A pesar de que el independentismo consiguió por primera vez superar la frontera del 50% de los votos, las discrepancias han ido desgastando la mayoría surgida de las urnas hasta llegar a la ruptura por los presupuestos del Govern, aprobados finalmente con los comuns. Para tratar de recoser las heridas, y después de que el president anunciara una conferencia para el 14 de febrero para marcar los retos de futuro del país, la portavoz del ejecutivo, Patrícia Plaja, ha explicado este martes que Aragonès iniciará una ronda de contactos con los partidos (ERC, JxCat y la CUP) y las entidades soberanistas (ANC y Òmnium) para tratar de "compartir, avanzar y poner en común los objetivos de cara al 2022".

Fuentes gubernamentales explican que se trabaja con la idea de que las reuniones tengan lugar la próxima semana y añaden que la iniciativa se enmarca en el objetivo del president de conseguir "avances" en la resolución del conflicto político a lo largo de este año. Con la fecha de la próxima reunión de la mesa de diálogo todavía por concretar, las mismas fuentes confirman que con los contactos también se tendrían que empezar a definir las "alternativas" que Aragonès planteó por San Esteban ante un eventual fracaso de la negociación con el gobierno español. "Recoger todos los puntos de vista servirá para enfocar todavía más el contenido de la conferencia del 14-F", concluyen.

El horizonte de la mesa de diálogo

La intervención del president marcará el punto de partida de cara al próximo encuentro con la Moncloa, que en las últimas semanas ha enfriado la urgencia del diálogo. En palacio tienen claro que el PSOE es reticente a encontrarse antes de las elecciones de Castilla y León el 13 de febrero -justo un día antes de la conferencia del jefe del ejecutivo-, pero mantienen que la mesa se reunirá el primer trimestre del año, entre finales de febrero y principios de marzo. Este sería el plazo con el que cuenta Aragonès para intentar relegitimar el espacio de negociación a ojos de Junts y la CUP -que ya lo dan por amortizado- y tratar de consensuar una estrategia compartida. También las entidades tendrán un papel clave en este proceso, y Aragonès se encontrará con una ANC escéptica con el diálogo y partidaria de la confrontación.

De momento, la unidad independentista sigue rota en el Parlament. Después del no de la CUP a las cuentas los comuns han aparecido como el socio más estable del Govern, también en cuestiones del día a día. El mal momento con los cuperos, que se han propuesto desgastar a un ejecutivo al que acusan de autonomista, contrasta con el entendimiento de los partidos en la Generalitat con los de Jéssica Albiach. Y también con el PSC, con el que se acordó antes de acabar el año la renovación de los órganos parlamentarios. En paralelo al consenso de la hoja de ruta, pues, Aragonès también busca rehacer confianzas con los anticapitalistas. Y en este sentido habrá que acordar cómo queda el pacto de investidura, especialmente en cuanto a la cuestión de confianza a la que el president se tendría que someter en 2023 y que de momento ha decidido aparcar.

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