Crisi a Ciutadans

Arrimadas ya tiene en la cabeza su discurso de despedida

Descarta la dimisión y anuncia la "refundación" de Ciudadanos

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Inés Arrimadas en rueda de prensa después de la reunión del comité permanente.

Barcelona135 diputados perdidos después, Ciudadanos anuncia que se "refundará" en seis meses y, a pesar de la intención de la dirección del partido, el proceso no tiene más que connotaciones negativas. Hasta el punto que la propia presidenta, Inés Arrimadas, ha reconocido que ya tiene preparado su discurso de despedida: "Les confieso que tengo el discurso en la cabeza, un discurso muy fácil que permite dar paso a una nueva persona y equipo para liderar el partido en un momento como este". Pero una cosa es tener redactada la dimisión y otra muy diferente es presentarla. Este lunes ha quedado claro que la desaparición de Cs en el parlamento andaluz tampoco comportará un cambio en la ejecutiva naranja. Arrimadas ha explicado que tanto ella como los miembros de su equipo han puesto los cargos a disposición de la permanente del partido, pero que las dimisiones no han sido aceptadas. "Sería la decisión más fácil, más cómoda, pero no sé si sería la correcta", ha apuntado.

Ciudadanos se tendrá que refundar, pues, sabiendo que su líder ya tiene la renuncia en la cabeza a pesar de que, de momento, siga intentando que el barco no se hunda. Cada vez son menos las plazas a defender. Como si un gato negro se les hubiera cruzado, han ido perdiendo peso de forma fulgurante desde noviembre del 2019 y la caída parece no haber tocado fondo. Aun así, en las últimas elecciones locales, los naranjas consiguieron más de 1,8 millones de votos en el Estado, 2.800 regidores y presencia en unos 400 gobiernos locales -ninguno de ellos en Catalunya. Este es, hoy por hoy, el principal botín que les queda por defender.

¿Y cuál será la manera de hacerlo? Una de las opciones sobre la mesa es la de cambiarle el nombre al partido. De hecho, ya hace tiempo que al logo de Cs lo acompaña el mensaje Liberales, como si representaran una especie de tercera vía a la británica. En todo caso, el cambio de nombre no deja de ser un lavado de cara que otros ya han probado a la desesperada en el pasado sin mucho éxito.

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