Todos los ases en la manga de Sánchez con el catalán en la UE

La Moncloa siempre se ha preocupado de mantener la llama de la oficialidad viva para asegurarse el apoyo de Junts

Sánchez en una imagen de archivo en un Consejo Europeo en Bruselas.
24/10/2025
3 min

BruselasLa Moncloa ha encontrado en la oficialidad del catalán en la Unión Europea la manera perfecta de lanzar guiños a Junts, mantener su apoyo y salvar la investidura. Se ha convertido en la tónica habitual: cuándo Carles Puigdemont tensa un poco la cuerda, Pedro Sánchez logra comunicar un nuevo paso adelante en la aprobación del máximo reconocimiento de la lengua propia de Cataluña a las instituciones europeas. El último caso evidente es el de este viernes. Después de que los junteros subieran el tono de las amenazas, el gobierno español ha acordado con el ejecutivo alemán, que al menos hasta ahora era el máximo opositor a la iniciativa dentro de la UE, iniciar un diálogo bilateral para seguir avanzando en la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la UE.

El funcionamiento ha sido éste desde que España presentó la propuesta a la UE. Puigdemont fue muy claro cuando firmó el acuerdo de Bruselas y aseguró que no daría sus votos a Sánchez hasta que el catalán no fuera oficial en las instituciones europeas. Sin embargo, los junteros se mostraron finalmente satisfechos con los intentos del ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, en los encuentros ministeriales con sus homólogos. Entonces, el solo hecho de que se discutiera en un Consejo de la UE ya fue reivindicado por ambas partes como una pequeña victoria.

Incluso cuando la iniciativa parecía estancada, la Moncloa se ha encargado de mantener la llama encendida. Los días previos a que los diputados de Junts apoyaran la investidura de Sánchez fueron los más intensos y el gobierno español no paró de quitarse ases de la manga. Por ejemplo, aunque el resto de Estados miembros no lo habían pedido y no constituía realmente ningún paso adelante en la iniciativa,'Estado propuso priorizar el despliegue de la oficialidad del catalán por encima del gallego y del euskera. Aunque enfadó al resto de socios de Sánchez, Junts lo celebró.

España también se comprometió a asumir los gastos de interpretación y traducción de estas tres lenguas, y pidió un informe a la Comisión Europea sobre cuánto costaría, el cual se limitó a multiplicar por tres lo que había costado el irlandés unos años antes. Sin embargo, se trata de una excepción sin precedentes y muchos socios europeos la ven inviable por cuestiones legales. Sea como fuere, otra vez, Junts se congratuló.

Cuando ya parecía que el fuego se apagaba, también hubo otro giro. Mientras Junts y ERC estaban negociando la ley de amnistía, Albares anunció que volvería a llevar la iniciativa al Consejo de la UE y puso sobre la mesa una nueva propuesta que, en teoría, aplacaba todas las reticencias de los estados miembros. "Si me hubieran dicho que vería a un ministro español defendiendo la lengua catalana con la vehemencia y la convicción con que el ministro Albares la defiende, nunca me lo habría creído de la vida, nunca", dijo entonces Puigdemont.

El último movimiento: Alemania

En los últimos encuentros ministeriales en los que se había discutido sobre el catalán, distintos estados miembros –incluso estados favorables a la iniciativa– criticaron de forma contundente que España lo pusiera sobre la mesa otra vez sin presentar ningún nuevo avance. Varias fuentes diplomáticas criticaron al ARA que el gobierno español hiciera un uso "electoralista" de la iniciativa y "haz perder el tiempo" al resto de socios europeos. Esta indignación ha hecho que la Moncloa lo deje de llevar al Consejo de la UE, que es su habitual guiño a Junts, y haya tenido que buscar alternativas para dar argumentos a los junteros de no romper con Sánchez, como las conversaciones con Alemania de las últimas semanas para intentar limar sus reticencias.

Aunque fuentes diplomáticas germánicas avisan al ARA que no quieren decir que Alemania haya "cambiado de posición", es otro gesto importante de la Moncloa en Puigdemont. La pregunta del millón es ahora si, teniendo en cuenta los precedentes, Junts volverá a darse por satisfecho el próximo lunes en el encuentro de la comitiva del partido Perpiñán y perdonará el cuello de Sánchez una vez más. Parece que, esta vez, se sigue inclinando por romper con el PSOE.

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