MODELO De Estado

Las Baleares y el País Valenciano impulsan la vía federal sin Catalunya

El Govern de Aragonès descarta acuerdos autonómicos sobre el modelo del Estado

Anna Mascaro, Maria Llull, Daniel Martín
4 min
Francina Armengol y Ximo Puig durante el encuentro de la semana pasada en Palma.

Barcelona / Palma / ValenciaEl Govern prioriza la bilateralidad con el Estado para poder resolver el conflicto en Catalunya, y es desde este marco que el president Pere Aragonès ha descartado asistir a la conferencia de presidentes autonómicos que se hará a finales de julio en Salamanca. Pero, en paralelo a la agenda del ejecutivo catalán, que aspira a acordar un referéndum, hay otros territorios que han dado un paso adelante exigiendo más descentralización. Los presidentes de las Islas Baleares y el País Valenciano, Francina Armengol y Ximo Puig, se encontraron el lunes y el pasado martes para reivindicar un modelo federalista del Estado. Con otro objetivo claro: escorar al gobierno español y, de paso, al PSOE, hacia la sensibilidad de los territorios del arco mediterráneo. Después de un encuentro que quería ser una exhibición de fuerza, los dos líderes territoriales lamentaron la ausencia de Catalunya en el frente común.

La alianza entre las Islas y el País Valenciano es fruto de “seis años de trabajo”, señalan fuentes del Govern Balear, que atribuyen “más de 70 acuerdos” a la cumbre de principios de semana. Además, las mismas fuentes remarcan que se presentarán de manera conjunta cuatro proyectos para obtener fondos europeos: uno centrado en el hidrógeno verde, uno sobre movilidad marítima descarbonitzada, uno sobre salud y envejecimiento activo y el último sobre el corredor de cetáceos. Pero las principales reivindicaciones por las que hacen piña las dos comunidades son la reforma de la financiación autonómica, la finalización de Corredor Mediterráneo y, desde el punto de vista de dos territorios con lengua y cultura compartida, la transición hacia un modelo federal.

La búsqueda de nuevos aliados para ganar fuerza explica, además, los pasos que ha dado el gobierno valenciano en los últimos años para acercarse también al ejecutivo andaluz: Puig se reunirá el próximo septiembre con el presidente de la comunidad, Juanma Moreno Bonilla, para hablar de financiación. Se trata de un movimiento clave que persigue sumar a la autonomía más poblada del Estado y una de las más importantes gobernadas por el PP, cosa que puede ayudar a hacer más transversal la petición.

En este escenario, se hace notoria la ausencia de Catalunya. “Necesitamos que Catalunya vuelva a jugar un papel importante en los foros de debate multilaterales del Estado”, reivindican fuentes del ejecutivo balear. De hecho, en el encuentro de principios de semana el consejero de Hacienda y Modelo Económico del País Valenciano, Vicent Soler, fue claro respecto a esta cuestión al admitir que no contar con Catalunya “debilita las posiciones” de las dos comunidades. También desde el gobierno valenciano hablan de Catalunya como un “aliado fundamental”, a pesar de que admiten la dificultad de sumarlos a la operación: “Catalunya se encuentra en un periodo de transición”, dicen desde el Consell.

El Govern de Aragonès observa con distancia la alianza. Fuentes del ejecutivo explican que, a pesar de que se sienten “implicados” en cuestiones como la defensa de la lengua, el Corredor Mediterráneo o los fondos europeos -auguran que muchos de los proyectos repercutirán en los tres territorios-, cualquier debate sobre el modelo territorial del Estado está descartado. “Nuestra voluntad es un referéndum para Catalunya, no tiene nada que ver con la suya”, puntualizan, e insisten en que el Govern no comparte la “reivindicación periférica del Estado” de Armengol y Puig. En diciembre de 2020 el presidente valenciano se encontró con Aragonès, que entonces ejercía como vicepresidente con funciones de presidente. A pesar de que la relación entre los dos líderes es “muy buena”, señalan desde el ejecutivo catalán, lo es “desde la discrepancia sobre la relación con el Estado”. En cambio, el líder de la oposición, Salvador Illa, sí mantiene un interés en la iniciativa y a mediados de junio se encontró con Armengol y Puig -los dos del mismo color político- con motivo de su participación en el Cercle d'Economía: “Quedamos con que haríamos un programa de relaciones de nuestros respectivos partidos en las futuras semanas”. Illa considera que “Catalunya tiene que estar” en este eje y “cualquier órgano multilateral” y asegura que así lo defenderá.

Grupo de presión socialista

Hay una lectura interna, además, en este debate. Tanto el PSC como el PSIB y el PSPV mantienen posiciones similares en cuanto a la defensa del federalismo, en contraposición a otros barones del PSOE con puntos de vista más centralistas. De hecho, tanto Armengol como Puig salieron desde el principio en defensa de la decisión del presidente español, Pedro Sánchez, de conceder los indultos a los presos políticos. “Me siento muy cercano al diseño territorial que defienden en España”, admite Illa, que recuerda que el federalismo es “doctrina” dentro de la formación. “Desde la periferia se puede tener una visión que no se da en otros lugares de España”, concede la portavoz del grupo socialista en el Parlamento balear, Pilar Costa, que recuerda que las diferencias son “parte de la pluralidad de un partido tan grande”. Sea como sea, los movimientos de los dos presidentes socialistas se han intensificado con la llegada de Sánchez a la Moncloa. La alianza por un Estado más descentralizado también los puede ayudar a ganar peso político en el partido, una opción que sopla a favor de la línea adoptada por Sánchez en los últimos tiempos.

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