El campesinado trae el malestar al Parlament y el Gobierno se abre a estudiar una "renta básica agraria"

Aragonés se compromete a "prometer poco y cumplir todo" ante una nueva protesta de agricultores ante la cámara

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Agricultores manifestándose a las puertas del Parlament

BarcelonaHace un mes que el campesinado dijo lo suficiente y decidió salir a la calle para exigir soluciones a una crisis que hace tiempo que dura, pero que se ha agravado con las restricciones por la sequía. El Govern movió ficha para canalizar las reclamaciones con varias reuniones con representantes del sector hasta que este martes, el malestar del campesinado ha llegado al Parlament con un pleno monográfico -a petición de Junts- sobre el sector agrario. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ha comprometido, una vez más, a dar salida a sus reivindicaciones y, en este sentido, el consejero de Acción Climática, David Mascort, se ha abierto a hablar de medidas como una "renta básica agraria".

Han tenido que pasar diez años después del último pleno temático sobre campesinado y, esta vez, ha contado con la intervención de representantes de las organizaciones agrarias en la cámara por primera vez en la historia. En cuarenta años de democracia sólo se habían celebrado cinco llenos sobre el sector y los dos últimos –en 2010 y 2014– no dejaron un sabor muy agradable entre los campesinos. Lo ha explicitado el coordinador nacional de Unió de Pagesos, Joan Caball, que ha pedido defender el modelo agrario familiar y resolver los temas pendientes que todavía se arrastran de los plenos monográficos de 2010 y 2014. "Necesitamos respuestas, si se quiere, se puede hacer, sólo hace falta voluntad política", ha afirmado.

A las palabras de Caball, se ha añadido el aviso de Imma Puigcorbé, representante de Plataforma Pagesa: "O el campesinado se vuelve a reconocer como actividad esencial, prioritaria y que hay que cuidar, o no dejaremos de llevar a cabo acciones". Un mensaje que ha lanzado mientras fuera cientos de campesinos se han concentrado a las puertas del Parlament. El presidente de JARC, Carles Massot, ha exigido fijar un modelo de campesinado, mientras que el presidente de la Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya, Ramon Sarroca, ha hecho un llamamiento a "trabajar fuerte y diferente al que hemos estado haciendo hasta ahora" .

Agricultores manifestándose a las puertas del Parlament

Mascort abre la puerta a una "renta básica agraria"

Ante todas estas demandas, Pere Aragonès ha defendido el diálogo con el sector para que el campesinado se pueda "ganar la vida": "Es mejor prometer poco y cumplirlo todo. Es mi compromiso". Así, puso en valor medidas como la ventanilla única para hacer frente al exceso de burocracia, pero admitió que es necesario "ir más allá". Aragonés ha vuelto a reclamar al gobierno español cambios en la ley de la cadena alimentaria y en la Política Agraria Común (PAC), para que tenga más en cuenta la "naturaleza de las explotaciones agrarias del país" y "simplificar la carga administrativa", y también en los acuerdos de terceros países. 

El Gobierno defiende, de hecho, que ha cumplido el 64% de los acuerdos alcanzados con el sector y que dependen directamente de la Generalitat. El último, cambiar el nombre del departamento de Acción Climática y que se añada Agricultura, Ganadería y Pesca, aunque en estos momentos todavía no se ha concretado cómo quedará finalmente el nombre. El conseller Mascort ha querido ir todavía un poco más allá y se ha abierto a crear una "renta básica agraria" que priorice a jóvenes agricultores y pequeños productores, así como crear un "sistema de seguros propio" en Catalunya para cubrir lo que quede fuera de Agroseguro.

Reproches de la oposición

La trifulca política también ha llegado al pleno. El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, reprochó que "el que día pasa año empuja no funciona para el campesinado" y reclamó "un cambio de rumbo" en las políticas para el sector, con críticas a Mascort: " El país ya le ha reprobado, no haremos leña del árbol caído". En la misma línea, el líder del PSC, Salvador Illa, ha acusado al Govern de haber "ido tarde y mal" y ha pedido defender una "Cataluña con chips y melocotones, fábricas y granjas, al mismo nivel".

Tanto la CUP como los comunes han censurado la "competencia desleal" que sufren los agricultores catalanes, fruto de la "dinámica capitalista", en palabras del diputado anticapitalista Dani Cornellà. Enric Bárcena (En Comú Podem) ha añadido que el sector no puede ser "moneda de cambio" de los acuerdos comerciales con países terceros. El PP, Ciutadans y Vox han censurado la gestión del Govern y la extrema derecha ha vuelto a verbalizar el negacionismo climático.

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