El CNI espió las negociaciones de gobierno entre ERC y los comunes en Barcelona

A los servicios secretos les preocupaba que los republicanos tomaran la alcaldía, según 'La Vanguardia'

ARA
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La reunión de este viernes entre Ada Colau y Ernest Maragall

BarcelonaAl CNI le interesaba estar al día de las negociaciones entre ERC y los comunes para compartir gobierno en Barcelona después de las elecciones municipales de 2019. Por eso, según explica este domingo La Vanguardia, pidió -y consiguió- autorización judicial para infectar con Pegasus el móvil de una de las personas que hacía de interlocutor entre los dos partidos. Así lo certifican los documentos que expuso la ya exdirectora de los servicios secretos, Paz Esteban, en su comparecencia en la comisión de secretos oficiales del Congreso y a la que ha accedido el diario. En la exposición ante el juez, el CNI ofreció una exposición detallada al Tribunal Supremo de su interés para conocer el estado de las negociaciones.

ERC y Barcelona en común empataron a 10 regidores en aquellas elecciones, con los republicanos por delante en número de votos, lo que les hubiera dado la alcaldía si Ada Colau no hubiera recibido a última hora el apoyo de los concejales del grupo de Manuel Valls. En una entrevista a Catalunya Ràdio, el líder de los republicanos en Barcelona, Ernest Maragall, ha denunciado una "alteración democrática" de aquellos resultados. Según él, las informaciones publicadas este domingo "demuestran que aquello no eran unas negociaciones, porque todo estaba predeterminado, preparado, todo estaba vigilado para que aquellas conversas no pudieran torcer lo que ya estaba decidido con conocimiento de la señora Colau". "Para mantener el poder todo se vale, incluso la ayuda del CNI", ha concluido.

Las palabras de Maragall no han gustado a los comunes. Jordi Martí, teniente de alcalde y unos de los hombres fuertes del gobierno municipal, ha reclamado una rectificación inmediata. "La acusación de Ernest Maragall a Colau es una calumnia inaceptable".

El espionaje en el marco de las negociaciones en Barcelona es una parte del Catalangate y forma parte de las dieciocho pinchadas autorizadas por el Tribunal Supremo que admite el CNI. Ahora bien, hay una cincuentena más de casos registrados por Citizen Lab de los que los servicios secretos no se hacen responsables.

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