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Los comunes marcan los presupuestos como la prueba de fuego para una coalición con Salvador Illa

El partido ve como una muestra de respeto a su espacio que el presidente socialista no haya fichado por consejero a ningún exdirigente de ICV o del PSUC

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Salvador Illa y Jéssica Albiach encajan las manos después de firmar el acuerdo de investidura

BarcelonaLos comunes se presentaron en las elecciones catalanas con el objetivo de formar parte de un gobierno de izquierdas. De hecho, mantuvieron esa posición hasta poco después del 12-M, cuando el ajustado resultado de la mayoría progresista en el Parlamento les llevaron a asumir que forzar la maquinaria en una negociación tan complicada podía hacerlo descarrilar todo. El PSC prefería gobernar en solitario, y Esquerra, en plena crisis interna, se debatía entre sí investir o no a un presidente no independentista a cambio de un acuerdo por una nueva financiación singular. En este escenario, cuando los negociadores socialistas preguntaron a los de los comunes si aspiraban a realizar una coalición, replicando el entendimiento entre el PSOE y Sumar del gobierno español, los de Jéssica Albiach les trasladaron que preferían acotar las conversaciones a un acuerdo de investidura centrado en la vivienda y dejar el debate sobre su posible entrada en el Gobierno para más adelante.

Ahora, con el consejo ejecutivo recién salido del horno, los comunes mantienen la distancia de seguridad: quieren esperar a ver cómo respira y, sobre todo, si el presidente, Salvador Illa, intenta algún acercamiento con Junts. "Eso haría cortocircuitar las relaciones", avisan fuentes de los comunes. Las primeras medidas del Govern con la ley de barrios y Cercanías "suenan bien", reconocen, pero reclaman ver cuánto dinero invierte la Generalitat antes de darlas por buenas. La prueba de fuego para la relación con el PSC en este inicio de legislatura será el proyecto de presupuestos del nuevo Govern. "Será el primer momento para ver si cumplen", dice al ARA un dirigente del partido.

Si el ejecutivo quiere aprobar las cuentas del 2025 en tiempo y forma, debería abrir la ronda de contactos con los grupos ya este otoño. Por el momento, la consejera de Economía y Finanzas, Alícia Romero, tiene el encargo de presentar en el próximo consejo ejecutivo, el 27 de agosto, un informe con las perspectivas sobre las cuentas públicas, que los socialistas buscarán aprobar prioritariamente con Esquerra y los comunes. La negociación de los presupuestos pondrá a prueba una alianza que funcionó en la investidura, en parte por la amenaza de repetición electoral, pero que podría tambalearse si Esquerra pone contra las cuerdas al Gobierno de Salvador Illa (por ejemplo, para exigir cumplidos pendientes, tanto de investidura como con el PSOE, en Madrid). Este punto de "inflexión", reconocen desde los comunes, será clave en el debate interno sobre si piden (y cuándo) entrar en el Gobierno, que ahora sólo tiene el apoyo asegurado de 42 diputados —con los seis de los comunes, sin embargo, continuaría necesitando los 20 de Esquerra para llegar a la mayoría absoluta—. Ahora bien, este debate podría pilotarlo una dirección distinta a la actual, porque los comunes celebrarán en noviembre una asamblea para renovar liderazgos y repensar su proyecto tras los malos resultados en las elecciones catalanas y las europeas, en las que Podemos les pasó por delante.

Nombres que generan recelos

Salvador Illa ha incorporado a su ejecutivo nombres que trascienden las siglas del PSC: desde exconsejeros de CiU hasta dos excargos del gobierno de Pere Aragonès. En cambio, no hay nombres ligados al PSUC, a ICV -que formó parte del tripartito- oa Catalunya en Comú. Lejos de verlo como una declaración de hostilidad, los comunes lo interpretan como un gesto de respeto hacia su espacio y una muestra de que Salvador Illa no intentará darles el abrazo del hueso en el intento de tener un ejecutivo lo máximo transversal posible. Sin embargo, en una entrevista en Efe, el portavoz David Cid lamentó que el Gobierno de Isla es "más conservador" de lo que quisieran y avisó de que seguirán de cerca los movimientos de los consejeros que les generan más recelos: el consejero de Justicia, Ramon Espadaler; la consejera de Salud, Olga Pané, y el consejero de Empresa y Trabajo, Miquel Sàmper.

El departamento de Trabajo es sensible para los comunes —es la carpeta estrella de Sumar a nivel estatal, con Yolanda Díaz como titular—, pero su inquietud con Sàmper es menor porque, según recalcan fuentes del partido, su secretario general será el hasta ahora diputado socialista Pol Gibert. Quien de verdad les preocupa es la consejera Pané, porque la consejería de Salud tiene "competencias exclusivas" sobre la materia en Catalunya y la ahora consejera se ha mostrado partidaria de medidas contra las que los comunes han hecho campaña abiertamente, como por ejemplo prescindir de los pediatras en los CAP. "Estaremos vigilantes", subrayan.

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