Barrios, seguridad y Cercanías: las primeras piezas de la legislatura de Salvador Illa

La hoja de ruta del Govern surgirá de una estancia de "reflexión" en Poblet el fin de semana del 31 de agosto y el 1 de septiembre

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Isla, Sallent y Parlon en Egara.

BarcelonaCon los 16 nuevos consejeros ya nombrados, el ejecutivo de Salvador Illa ha empezado a andar mientras, por debajo, el sottogobierno va tomando forma con toda la celeridad que permite el mes de agosto. El presidente pidió a los consellers ponerse a trabajar "desde el primer momento" y les citó uno a uno para encargarles un documento que fije las prioridades de sus departamentos. Ahora bien, la hoja de ruta definitiva del Govern surgirá de un encuentro "de reflexión" en el monasterio de Poblet previsto para el fin de semana del 31 de agosto y el 1 de septiembre, según explican fuentes del ejecutivo. A la espera de lo que pueda discutirse en este encuentro, en los primeros días de vida del ejecutivo socialista ha habido tres áreas que han tomado un peso preponderante: la promoción de barrios dignos, la seguridad y las Cercanías. ¿Por qué estas tres?

"Para unir y servir", subrayan fuentes del Gobierno repitiendo unas palabras que el presidente ha convertido en su lema, aunque también admiten que, con la administración de vacaciones, no se pueden arrancar todas las carpetas al mismo tiempo. La apuesta por unos barrios dignos se ha concretado en la creación de un comisionado de barrios que tendrá como misión luchar contra la "segregación urbana" y, al mismo tiempo, adaptar a los barrios catalanes a la emergencia climática. El despliegue de la ley de barrios es una iniciativa pactada con los comunes, y en el imaginario político va ligada al nombre del expresidente Pasqual Maragall, que la convirtió, en sus palabras, en un "signo de identidad" " del primer tripartito. Aún no se ha hecho pública su dotación presupuestaria, pero se sabe que tendrá fondos europeos.

Más allá del urbanismo

La intención del Govern es que, más allá de las modificaciones urbanísticas que pueda impulsar, el comisionado de barrios sea una herramienta para mejorar la convivencia, regenerar zonas degradadas y actuar en barrios vulnerables con problemas de seguridad. Esta idea entronca con la primera visita oficial de Isla como presidente al complejo de los Mossos, acompañado de la consellera Núria Parlon, donde reiteró que la intención del Govern es llegar a los 22.000 agentes en el 2030 y mantener el cuerpo "al margen de la confrontación política".

Hace días que los socialistas catalanes han situado la seguridad como una de las prioridades allá donde gobiernan. Desde el partido (y sobre todo, a escala municipal) defienden combatir la inseguridad sin caer en el "buenismo", pero lejos de los discursos contra la inmigración de Vox y Aliança Catalana, mensajes con los que Junts ha llegado a flirtear. Según explican fuentes socialistas, una tesis que comparten todos sus alcaldes metropolitanos es que no abordar las preocupaciones ciudadanas relacionadas con la inseguridad y el incivismo abona el campo en el que la extrema derecha gana votos. En este sentido, Salvador Illa ha garantizado que luchará contra la extrema derecha desmontando "uno a uno" los discursos de odio con medidas que hagan frente a las causas de su ascenso a Catalunya, que identifican sobre todo con la desigualdad social. La mejora de la educación y la sanidad, la promoción de mejores condiciones laborales y la lucha contra la pobreza –tres causas con el sello del PSC más histórico– serán también prioridades para el nuevo ejecutivo.

Cercanías para "unir" el país territorialmente

Junto a los barrios dignos y la seguridad, fuentes del Govern también destacan la apuesta por las Cercanías con la ratificación de Pere Macias al frente del comisionado del traspaso. La figura de Macias es, en cierto modo, un reflejo del espíritu transversal que ha inspirado el diseño del ejecutivo de Salvador Illa: ingeniero de formación, fue conseller de CiU, trabajó bajo las órdenes de la exalcaldesa Ada Colau para reintroducir el tranvía en Barcelona, ​​coordinó el plan de Cercanías por encargo del ministerio de transportes del PSOE y, después, asumió el comisionado por el traspaso por designación expresa del expresidente Pere Aragonès. Más allá del guiño que supone hacia los republicanos, desde el Gobierno subrayan que las Cercanías son una prioridad para "unir" el país territorialmente.

Ninguna consulta en la agenda (de momento)

La apuesta de Salvador Illa, muy centrada en la gestión, deja en un plano secundario la cuestión nacional, que el presidente vehicula (sobre todo últimamente) a través de la defensa de la lengua. Esto contrasta con los discursos de sus últimos cuatro antecesores: de Artur Mas en el 2012 a Pere Aragonès en el 2021, pasando por Carles Puigdemont en el 2016 y Quim Torra en el 2019, los cuatro presidentes reivindicaron a sus tomas de posesión que Catalunya pudiera votar sobre su relación con España.

Illa ha instado a defender a la Catalunya "diversa" dentro de la España "plurinacional", sin embargo, a la espera de los debates que puedan existir en la convención nacional para la resolución del conflicto político pactada con Esquerra, desde que ha tomado posesión no ha hablado de ninguna consulta, tampoco sobre el Estatut. Aún así, el acuerdo de investidura entre socialistas y republicanos recoge el compromiso de llegar a un "consenso amplio" dentro de la sociedad catalana que permita "avanzar" en la negociación con el Estado "para dar forma a un acuerdo que sea ​​refrendado por la ciudadanía de Catalunya". Habrá que ver cómo interpreta el Gobierno este compromiso, que forma parte de un pacto que el presidente ha dicho que pretende cumplir "íntegramente".

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