DEBATE INTERNO

La derrota del 14-F pone en riesgo el control catalán de Ciudadanos

Dirigentes territoriales piden más participación y cambios internos

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ANNA MASCARÓ
3 min
Marta Rivera, Inés Arrimadas, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, en una imagen de archivo.

BarcelonaCiudadanos siempre ha reivindicado como elemento diferencial del resto de partidos unionistas el hecho de haber nacido en Catalunya, pero el resultado del 14-F deja ahora en entredicho el protagonismo que los cuadros catalanes tienen en la actual ejecutiva.

En la última reunión de la cúpula naranja, dirigentes territoriales, la mayoría de los cuales gobiernan actualmente con el PP, levantaron la voz para pedir cambios y también más participación en las decisiones internas, cosa que puede desplazar de Catalunya el núcleo de poder del partido.

El centro gravitacional de Cs ha sido hasta ahora en el territorio donde nació. Albert Rivera siempre vio en Catalunya un plantel. José Manuel Villegas, Fran Hervías y Juan Carlos Girauta, todos catalanes, formaron parte de su hueso duro, y se sumaron otros, como Fernando de Páramo, Toni Roldán, Carlos Cuadrado, Lorena Roldán -fue portavoz de la ejecutiva- y la propia Arrimadas, que desde el inicio se situó como su sucesora natural. Una vez ungida presidenta, ella también optó por un comité permanente en el que dio peso a tres dirigentes -de un total de siete, con ella incluida- formados en el plantel catalán: Cuadrado -director de la campaña del 14F-, José María Espejo-Saavedra -ex vicepresidente de la mesa del Parlament- y Marina Bravo -diputada en la cámara catalana-. Esta relación interna de fuerzas queda ahora debilitada por la derrota electoral.

Aunque el liderazgo de Arrimadas no esté en entredicho, varias fuentes confirman que el último encuentro del comité ejecutivo para valorar los resultados de las catalanas -que duró cinco horas- estuvo lleno de intervenciones críticas, no solo en cuanto a la campaña sino también a una estructura de poder muy concentrada en la práctica en pocas manos, especialmente las de Espejo y Cuadrado. Fuentes próximas a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, una de las dirigentes que se hicieron oír, apuntan que se reclamó más participación en los órganos de decisión, aunque recalcan que el tono fue “constructivo”. También manifestaron preocupación por el rumbo del partido Ignacio Aguado y Marta Rivera, vicepresidente y consejera en la Comunidad de Madrid, así como el consejero en la Junta de Andalusia Javier Imbroda, y especialmente el coordinador autonómico de Cs en el País Valenciano, Toni Cantó, entre otros, apuntan las fuentes.

Unas críticas reforzadas por pronunciamientos públicos de diputados y senadores autonómicos -especialmente en Andalucía- que exigieron que se asumieran responsabilidades, mientras que en Catalunya la corriente crítica Renovadores pidió la dimisión tanto de Cuadrado como del cabeza de lista, Carlos Carrizosa. En una entrevista a 7TV Andalucía, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, confirmó las tiranteces y criticó que en campaña no se hubiera puesto en valor “la gestión” que está haciendo Cs allá donde gobierna. “No haber mostrado a los catalanes que cuando gobernamos bajamos impuestos, se elimina sucesiones, las trabas administrativas... -lamentó-. Si esto se hubiera aprovechado probablemente el resultado habría sido otro”. También Cantó pidió el martes a Antena 3 “reflexión, autocrítica y cambios”, mientras que el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea -oponente de Arrimadas en las primarias- reclamó a El Confidencial más democracia interna: “Si no admitimos la libertad adentro, no podemos reclamarla afuera”.

Un liderazgo turbulento

Una voz presente en la ejecutiva del lunes señala la diferencia entre la estrategia del partido en la última etapa de Rivera, que apostó por reforzar las alianzas con el PP, y el acercamiento al PSOE iniciado por Arrimadas en el Congreso, y apunta a una posible “desazón” entre los dirigentes que actualmente gobiernan con los conservadores. Con todo, la conclusión fue “cerrar filas” y hacer un “análisis exhaustivo” de los resultados. Ahora bien, aunque Arrimadas no quiso hablar de dimisiones, fuentes del partido no descartan que pueda haber cambios en el comité permanente.

Quince años después de su fundación, Cs centró la campaña en la nostalgia de sus inicios en 2006 -como oposición al tripartito- y la victoria el 21-D, principal mérito y aval de Arrimadas cuando llegó a la presidencia de Cs. Con la pérdida de 30 escaños el 14-F, ese triunfo queda ahora relegado a la vitrina de un pasado glorioso. El batacazo de las catalanas añade presión a un liderazgo que Arrimadas ya estrenó en medio de turbulencias.

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