Once de Setiembre

La Diada muestra la desunión independentista antes de la investidura española

El ANC sólo avala las conversaciones con Madrid si existe un reconocimiento del 1-O

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La plaza España durante la manifestación de la Diada

BarcelonaDesde el referéndum del 1 de octubre de 2017 el independentismo aparece dividido en las manifestaciones del Once de Setiembre. Hace seis años que partidos y entidades no han logrado reencontrarse estratégicamente en ningún rumbo compartido y este año, en el que la Diada está marcada por la investidura española, no ha sido una excepción. La aritmética de las elecciones del 23 de julio ha situado al independentismo en medio del tablero de juego español, pero los actores soberanistas de esta partida no están de acuerdo sobre cómo jugarla: desde el ANC hasta Òmnium , pasando por Esquerra, Junts y la CUP, tienen una receta diferente. En cualquier caso, la movilización de las bases este Once de Setiembre ha vuelto a ser multitudinaria pese al baile de cifras: 115.000 manifestantes, según la Guardia Urbana, y 800.000 de acuerdo con los organizadores.

Assistència a les manifestacions de l'Onze de Setembre
Dades de la Guàrdia Urbana i el departament d'Interior. Les dades de l'organització s'especifiquen des del 2020

¿Qué rumbo debe tomar ahora el independentismo ante la coyuntura española? La presidenta de la Asamblea, Dolors Feliu, ha dado su opinión en el discurso final de la movilización en plaza Espanya: o se negocia sobre la "independencia" o "nada". También el Consejo por la República –presidido por Carles Puigdemont– ha reclamado durante la jornada investir a Pedro Sánchez si hay amnistía y un reconocimiento de la autodeterminación. En este sentido, la ANC sólo avala abrir conversaciones con los partidos españoles si se trata de reconocer de forma "explícita" la "legitimidad" del 1 de Octubre y, por tanto, recuperar el hilo del año 2017. Su presidenta, Dolors Feliu, ha reclamado "coherencia", además de insistir en que, paralelamente a las negociaciones en Madrid, los partidos independentistas también deben actuar en el Parlament: ha pedido que "se levante la suspensión de la declaración de independencia".

Según la Asamblea, si no hay pasos en el rumbo que reclama, los partidos independentistas tendrán que "dejar paso" a otras opciones que, de acuerdo con su plan, pasan por una lista cívica a las elecciones catalanas impulsada por la Asamblea. Una amenaza latente que ya se sintió en la Diada del año pasado y que evidencia que la distancia con el ejecutivo de Esquerra se ha hecho mayor.

Dolors Feliu y Xavier Antich al frente de la columna País

Òmnium, sin embargo, va en otra línea. A diferencia de la ANC, la entidad que preside Xavier Antich es favorable a negociar la amnistía con el gobierno español. "Es una oportunidad indudable", ha dicho por la mañana en el acto que ha organizado la entidad en Arc de Triomf, en el que ha instado a Esquerra y Junts a "no desperdiciarla" y negociar conjuntamente con el PSOE. Un hito difícil –lo de coordinarse en Madrid– y para el que Antich se ha comprometido a recuperar la "cohesión" del movimiento desde el escenario de la manifestación en plaza Espanya.

Las diferencias ERC-Junts

La unidad tampoco ha llegado de la mano de los partidos. Aunque Esquerra y Junts comparten ahora mismo el objetivo de negociar la investidura con el PSOE para conseguir la amnistía y la autodeterminación, cada uno ha decidido hacer la guerra por su cuenta. Si la manifestación tenía cuatro columnas, se situaron tan lejos como pudieron. Los republicanos en Hostafrancs, en la de la lengua, mientras que Junts lo ha hecho en la plaza Letamendi, en la columna de la soberanía. Una escenificación que, a las puertas del primer aniversario del divorcio del Govern –en octubre hará un año que Junts salió–, nada hace pensar que se hayan acercado posiciones.

Además, ahora mismo los dos partidos independentistas ponen un acento distinto en las conversaciones decisivas con el PSOE. Esquerra ha reclamado "coordinación" a Junts para ir a Madrid a negociar juntos, mientras que los de Puigdemont han vuelto a reivindicar la unilateralidad pese a haber abierto conversaciones con el PSOE. Sánchez ya sabe que va a negociar con dos partidos tan enfrentados como siempre.

De hecho, desde Madrid se ha visto la Diada con mucha tranquilidad, lejos de la preocupación que generaba años atrás. El presidente del gobierno español ha pedido "mirar el futuro y seguir avanzando", mientras que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, participa en el acto institucional que el Gobierno realiza en las fuentes de Montjuïc. Sí fue más beligerante el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que volvió a amenazar con llevar la amnistía a los tribunales.

Aragonès vuelve a la manifestación

La Diada de este año también será recordada porque el presidente de la Generalitat ha vuelto a participar en la manifestación de la ANC después de la ausencia en el 2022. No se ha ahorrado algún silbato y gritos de "gobierno dimisión", pero sin ningún incidente. En la plaza Espanya, rebautizada oficiosamente por la Asamblea como plaza Primero de Octubre, se ha respirado que el independentismo mantiene el pulso en la calle, pero también una fuerte discrepancia de criterio. Y esta vez no sólo sobre cómo hacer la independencia, sino también sobre cómo encarar la investidura española.

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