Reforma laboral

Díaz salva la reforma laboral en el Congreso pero se abren heridas con los aliados

Una confusión con el recuento hace saltar todas las alarmas

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La vicepresidenta segunda del gobierno español, Yolanda Díaz, y el portavoz de ERC al Congreso , Gabriel Rufián

MadridYolanda Díaz ha conseguido, finalmente, convalidar la reforma laboral. Por si no había habido suficiente intriga, una confusión en la votación ha hecho saltar todas las alarmas. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha anunciado que el decreto quedaba derogado, a pesar de anunciar una votación ajustadísima de 175 votos a favor y 174 en contra. Las caras del presidente, Pedro Sánchez, y las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz han sido un poema por unos momentos. La bancada de la derecha lo ha celebrado, pero instantes después Batet ha corregido: "Los servicios de la cámara me informan de que el real decreto ha quedado convalidado".

La reforma laboral se ha aprobado con el apoyo de Cs, el PDECat y otros partidos minoritarios, incluyendo un diputado de Unión del Pueblo Navarro, Carlos García Adanero, que ha acatado la disciplina de voto a pesar de que habría optado por el no. En cambio, su compañero de filas Sergio Sayas ha votado en contra. El PSOE hace días que confiaba en que los números saldrían, pero la intriga se ha mantenido hasta el final. La previsión era que la balanza fuera de 176 a 173, dado que no se contaba con la decisión de Sayas. La nota negativa para la vicepresidenta segunda es que no ha obtenido el apoyo de ERC, el PNV y EH Bildu, con quien priorizaba sacar adelante la reforma. Díaz salva su proyecto estrella –no hacerlo habría podido comprometer su futuro en el ejecutivo–, pero Pedro Sánchez, que ha acompañado a la ministra en su entrada en el hemiciclo, suma nuevos aliados a un texto del que finalmente no se ha modificado ni una coma, como pedía la patronal.

"El Congreso debate si se confirma para siempre jamás la reforma laboral del PP. Si esta reforma agresiva recibe una vez más su aval o si dejamos atrás el modelo de precariedad, bajos salarios, subcontratación pirata y prejuicio antisindical de la derecha. Es esta y no otra la disyuntiva", ha querido contextualizar Díaz. El mensaje que los últimos días la ministra ha trasladado a las fuerzas de izquierdas instaladas en el no ha sido precisamente este, que si decaía el texto se volvía al escenario que provocó dos huelgas generales, en marzo y en noviembre del 2012. Pero Díaz ha querido este jueves elevar el tono contra ERC –a pesar de no ser explícita– después de una negociación desgastadora para los dos lados que ha abierto algunas heridas.

En la parte final de su exposición ha dado las gracias a los sindicatos, la patronal y los partidos que optan por el sí, y también al PNV, a pesar de que ha votado en contra. "Gracies al PNV, porque sí que han discutido contenidos, sí que han sido serios y claros", ha proseguido. Este miércoles Díaz instó a ERC a hacer una negociación "seria", que a su entender no llegó. Fuentes de Trabajo aseguran que se les trasladó un último documento y las conversaciones continuaron hasta el final, pero no ha sido posible mover las posiciones. Los republicanos también acusan a Díaz de no ofrecer una negociación "seria" porque, alegan, no estaba dispuesta a tocar el texto.

Rufián ve un "peligroso precedente"

"Cuando vienes a decir que es lo que hay y que no se toca porque lo he pactado fuera, no te crees que el Congreso es la sede de la soberanía popular, crees que es un notario. Para nosotros marca un peligrosísimo precedente que no aceptamos", ha dicho el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que ha denunciado que se haya sometido a su partido a un "proceso de presión". En su discurso ha subrayado que la indemnización por despido improcedente se mantiene como en la reforma del PP, así como los salarios de tramitación. "Podían hacerlo: primero, porque lo prometieron; segundo, porque lo propusimos; y tercero, porque tenían los números y la mayoría para hacerlo [si lo avalaba el PSOE]", ha anotado.

"La pregunta no es por qué no aceptamos la reforma laboral, es por qué la aceptan ellos [Unidas Podemos]. Si te dicen que te tiene que gustar la misma que le gusta a la CEOE, la FAES, el Santander y Cs, ¿quién se equivoca, tú o ellos? ERC no está hoy pidiendo al gobierno que cumpla las promesas y los programas de ERC. Solo pide que cumpla sus promesas y su programa", ha continuado el dirigente independentista. La no derogación de la reforma del PP ha sido un reproche compartido por EH Bildu, el BNG, la CUP e incluso Compromís, que a pesar del voto a favor ha señalado las "expectativas demasiado altas" que había creado el ejecutivo.

Si con ERC el tono ha sido duro, en la línea de la negociación, con el PNV Díaz exploró la abstención de los nacionalistas vascos hasta el último minuto: el sí estaba sujeto a establecer la prevalencia de los convenios autonómicos, hecho que implicaba modificar el decreto, y esto no era una opción. El entorno a Díaz apunta que la abstención del PNV podía implicar que Cs cambiara del síalno y poner en riesgo la votación, de forma que finalmente no ha habido cambios. En la negociación con el PNV también se habían abordado cuestiones ajenas a la reforma laboral, como la culminación del traspaso de la gestión del ingreso mínimo vital a Euskadi.

El portavoz de los jeltzales,Aitor Esteban, ha dejado claro que era irrenunciable para su partido el mantenimiento del marco de relaciones laborales de Euskadi y ha criticado que no se haya tenido en cuenta el fuerte arraigo de los sindicatos vascos. En su intervención, ha lamentado que el presidente español, Pedro Sánchez, lo sabía y ha lamentado que el PSOE se haya alineado con la patronal a la hora de no permitir tocar ninguna coma. "Es un chantaje intolerable", ha subrayado. En este sentido, se ha mostrado comprensivo con la presión recibida de Bruselas, pero ha considerado que establecer la prevalencia de los convenios autonómicos no desvirtuaba el "núcleo" de la reforma.

Díaz ha evitado hacer sangre y no ha utilizado el turno de réplica después de las críticas de la oposición, pero en la intervención inicial ya ha lamentado que algunas posiciones se situaran fuera del debate sobre el contenido de la reforma. "Me entristece, lo confieso, que una norma que creo que es la más importante de la legislatura se sustancie en debates superficiales que no ayudan a superar el descrédito de la política. Me da pena que el debate se sitúe en el campo de las rivalidades partidistas. Tengo que reconocerlo: no he conseguido hablar del contenido de la reforma. Ante la ultraactividad, la prioridad de convenios o la lucha contra la precariedad, solo he oído proyectos personales, humo y maquillaje", ha lamentado.

En esta frase había dardos para ERC, pero también para el PP y Cs, que ha dedicado su turno a celebrar que los republicanos y EH Bildu queden fuera de la ecuación. "Pierde ERC, pierde Bildu y pierde el sectarismo", ha subrayado la presidenta naranja, Inés Arrimadas. Por su parte, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha advertido que si su partido llega al gobierno derogará la reforma de Díaz e impondrá la mochila austríaca.

Recoser alianzas

Después de esta votación quedan heridas abiertas en el bloque de la investidura, pero los implicados han advertido que no se ha producido un punto de inflexión incorregible. "No se acaba el mundo. Somos conscientes de la alternativa", ha sido lo primero que ha dicho Rufián. "Si hoy hay fractura, mañana tocará rehacerse. Trabajaremos para eso", ha coincidido el diputado de EH Bildu Oskar Matute. También les ha quedado un regusto agridulce a los sindicatos. Los líderes de Comisiones Obreras y UGT, Unai Sordo y Josep Maria Álvarez, han presenciado el debate desde la tribuna del hemiciclo y fuentes sindicales también apuntan que hará falta "recoser" alianzas.

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