Los dos diputados de UPN discrepan con la dirección del partido: "Deberíamos votar en contra"

Si no rompen con la disciplina de voto, la reforma laboral se aprobará con la mayoría ajustada que integran Cs y el PDECat

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El diputado de UPN Sergio Sayas, en el Congreso

MadridIncertidumbre inesperada en la votación de la reforma laboral. Los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Carlos García Adanero y Sergio Sayas, han manifestado esta mañana que no está de acuerdo con la decisión del partido de dar apoyo a la reforma laboral. Sus votos son clave: si lo hicieran en contra, decaería el decreto (174 a 175). A nebis de 24 horas de la votación, este miércoles por la tarde se confirmó que el gobierno español tenía los votos necesarios para aprobar la reforma laboral. La mayoría ajustada la forman por Cs, PDECat y otras fuerzas minoritarias, y sin los habituales socios de legislatura como Esquerra, el PNV y EH Bildu.

Sin embargo, los dos diputados de UPN no han aclarado esta mañana si romperán la disciplina de voto. "Me cuesta mucho defender ante mis votantes esta decisión. En este momento el partido ha dado una directriz y yo lo que puedo decir es que no comparto la decisión", ha afirmado Sayas desde los pasillos del Congreso. "Es un error muy grande. Deberíamos votar en contra. Porque no estamos hablando de lo que dice el texto, sino de lo que se está hablando es de si estamos apoyando a Sánchez; un presidente con los votos de Bildu. UPN no debería dar apoyo a Sánchez", se ha sumado Adanero en declaraciones a la cadena Cope.

In extremis

Este miércoles por la tarde se conoció el apoyo de los cuatro diputados del Partit Demòcrata y los dos de Unión del Pueblo Navarro, los últimos que faltaba por revelar la dirección de su voto. Con el sí de estos últimos, que esta mañana creaban incertidumbre advirtiendo que los tres escenarios permanecían abiertos, la balanza queda en 176 votos a favor y 173 en contra. Pese a la intriga final, hace días que el ejecutivo se mostraba confiado de que tenía estos poyos atados.

"La no aprobación en el Congreso supondría un golpe mortal al diálogo social sin precedentes, la inestabilidad en el mercado laboral y el incumplimiento de los compromisos del Estado en el marco de la Unión Europea. Sería una grave irresponsabilidad por parte de todos", ha argumentado el portavoz del PDECat en Madrid, Ferran Bel, que ha señalado estos tres motivos como los que más han pesado a la hora de decantarse. Además, ha precisado su oposición a algunas de las reivindicaciones de las formaciones de izquierdas como el aumento de las indemnizaciones por despido improcedente, que eran una "línea roja" para su partido.

Bel también ha defendido que el real decreto no se tramite como proyecto de ley ni se abra a posibles enmiendas. "Vista la situación política y la aritmética parlamentaria actual, abrir la tramitación sin saber dónde y cómo terminaría generaría mucha más incertidumbre inestabilidad en el marco de las relaciones laborales en un momento complicadísimo", ha aseverado. Según ha explicado el portavoz del PDECat, se ha intentado con otros partidos acotar los límites de posibles retoques, pero no se ha conseguido. El PDECat votará a favor de la reforma laboral sin contrapartidas, por bien que Bel haya apuntado que hay un compromiso del ejectuvo para afrontar conjuntamente "algunos aspectos que solucionar, como la implementación práctica" del nuevo marco en sectores como el de la investigación, el artístico o la hostelería.

Parece inevitable que el proyecto estrella de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, salga adelante con una mayoría mínima formada por los partidos minoritarios de la cámara baja, algunos de los cuales están situados más bien en las coordenadas de la derecha. Si no hay ninguna sorpresa, Esquerra y EH Bildu votarán que no –también el BNG y la CUP–, así como el PNV. Excepto los anticapitalistas y en algunas ocasiones los gallegos, el resto son socios habituales del ejecutivo que habrán quedado fuera de la ecuación en una iniciativa clave. La principal novedad es el apoyo de Cs, que busca cualquier rendija para atenuar su decadencia.

El PDECat será, pues, la única fuerza catalana que no forma parte del gobierno español que avale el nuevo marco laboral. Se da la circunstancia de que su portavoz, Ferran Bel, ya aprobó como senador de Convergència i Unió la reforma del PP de 2012. Ahora también dirá sí a los cambios de Díaz, que no implican la derogación completa que reclamaban las fuerzas de izquierdas y preveía el propio programa de gobierno de PSOE y Unidas Podemos.

Guerra ERC-'comuns'

A la espera de UPN, la jornada en el Congreso acaba con la confirmación del PDECat que avalará la reforma. El día ha empezado con un intercambio de reproches entre Unidas Podemos y ERC, que por boca de su portavoz en la cámara baja, Gabriel Rufián, ha acusado a la vicepresidenta segunda del ejecutivo de estar "más preocupada de vender su relato que de intentar negociar la reforma". No la ha citado explícitamente, pero se le ha entendido todo. Rufián hace unos días ya advirtió que ERC "no vota proyectos personales". "Alguien se ha pasado de frenada", ha continuado el portavoz republicano, que ha criticado que "hay quién creía que nos presentaría una cosa y la firmaríamos como si fueran las tablas de Moisés". Al cabo de unos minutos, la ministra ha salido al paso para decir que había tiempo, 24 horas todavía hasta la votación, y ha instado a ERC a negociar con "seriedad". Fuentes republicanas aseguran que los contactos continúan, pero no ven "margen" para modificar su posición.

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