Los diputados evidencian el rechazo a Vox dejando medio vacío el auditorio durante el turno de Ignacio Garriga

El dirigente de la ultraderecha advierte al independentismo que "el Tribunal Constitucional trabajará mucho" esta legislatura

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La diputada de ERC Jenn Díaz mostrando a Ignacio Garriga (Vox) el cartel 'Aplastamos el fascismo'

La primera intervención del líder de Vox, Ignacio Garriga, en el Parlamento, ha sido pronunciada en una sala medio vacía. La mayoría de los diputados de ERC, JxCat, la CUP, los Comuns y una parte del PSC se han ido antes de que la cabeza de lista de la formación de extrema derecha iniciara su discurso. En la sala han quedado los diputados de Cs y PP, así como una pequeña representación del resto de los grupos. "Hasta aquí hemos llegado", ha dicho Garriga, que ha arreciado el papel de Vox como "enemigo" del independentismo, exigiendo el "cumplimiento íntegro de las penas [en alusión a los presos] y la unidad nacional". "Prepárense porque tendrán una legislatura donde quizás trabajarán poco, pero el Tribunal Constitucional trabajará mucho", ha recalcado.

La mayoría de parlamentarios de JxCat han dejado su asiento vacío, mientras que los nueve diputados de la CUP se han ido dejando unos carteles con nombres de víctimas del fascismo en sus sillas. En cuanto a ERC, han permanecido en la sala el candidato a la investidura, Pere Aragonès, y Marta Vilalta, así como la vicepresidenta de la mesa Anna Caula y las diputadas Najat Driouech -de origen marroquí- y Jenn Díaz, que en 2019 hizo público en el hemiciclo que había sido víctima de la violencia machista.

En un comunicado, ERC ha argumentado que a Vox -que niega la existencia de la violencia machista y criminaliza los inmigrantes en situación irregular- "no se le pueden regalar espacios libremente sin confrontarles, ni tampoco normalizarles". Por este motivo han apostado por dejar solo algunos parlamentarios en la cámara. En cuanto a En Comú Podem, solo han quedado en la sala los diputados David Cid y Joan Carles Gallego, en representación del grupo. También algunos diputados del PSC, que subscribió el pacto para aislar a Vox, se han ido, aunque según fuentes del partido no se había dado ninguna consigna.

"Somos conscientes que nos querrán imponer un cordón sanitario, pero yo prefiero decir cordón antidemocrático", ha respondido el líder de Vox: "No conseguirán matar a la Catalunya real, a la que ustedes tanto odian y desprecian". Garriga ha hecho una defensa desde el atril de la monarquía, y ha agradecido a Felipe VI haber hecho frente al independentismo. "El separatismo no es otra cosa que odio y violencia", ha asegurado, tildando a los dirigentes soberanistas de puñado "de golpistas y ladrones". También ha vuelto a cargar contra la inmigración y las ONG, que considera "colaboradoras necesarias del tráfico de personas".

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha llamado la atención de Garriga una vez ha acabado su intervención, por haber hecho "discriminaciones por razón de raza" y afirmaciones "lesivas, que vulneran derechos fundamentales como la presunción de inocencia". "El campo de juego del Parlament es y será el de los principios democráticos", ha aseverado. En su turno de réplica como candidato, Aragonès ha reivindicado a Neus Català, superviviente del nazismo que fue activista antifascista, y ha citado fragmentos del libro Contra el odio de Carolin Emke. Garriga le ha respondido acusando de nuevo el independentismo de ser "la encarnación del odio y la división".

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