Pere Aragonès, el actor con vocación de político

El presidente se ha dedicado a la vida en la política: desde las JERC hasta la presidencia de la Generalitat

4 min
Caricatura de Pedro Aragonés

BarcelonaCuando Josep Serra, presidente del Centro Cultural de Pineda de Mar entre 1997 y 2001, le preguntó a Pere Aragonès (Pineda de Mar, 1982) que por qué había dejado de hacer teatro –lo hacía especialmente bien, recuerda– el ahora presidente de la Generalitat le contestó que le interesaban otras cosas, especialmente la política. En 1998 ya había entrado en las JERC, las juventudes de Esquerra. "Ya apuntaba modos de líder", afirma Serra, pese a que sus oponentes políticos -y algunos compañeros de partido- le reprochan falta de carisma. El candidato de ERC al 12-M había empezado a politizarse desde muy joven, cuando creó incluso un partido: Jovent Independentista de Catalunya. Se le hizo pequeño y en las siglas de ERC es donde encontró el cobijo político que buscaba. Licenciado en derecho, ha dedicado buena parte de su vida a la política: primero a las juventudes de Esquerra y también como concejal en el ayuntamiento de su Pineda natal. Con 24 años, ya dio el salto a la política nacional cuando asumió un escaño en el Parlament, por lo que no tuvo tiempo de consolidar su carrera profesional. Aragonés fue cogiendo más responsabilidades en el partido y llegó a ocupar los primeros puestos en el Govern: primero como secretario de Economía, después ya como conseller de Economía y vicepresidente, y desde el 2021, como presidente de la Generalitat.

Su pareja, Janina Juli, aún recuerda el día que Oriol Junqueras le pidió, desde la cárcel de Estremera, que fuera candidato a la Generalitat en las elecciones de hace tres años. "Pere no supo qué contestarle, primero quería compartirlo conmigo", explica Juli. Cuando llegó a casa, empezaron una botella de vino para hablar con calma y decidieron que sí, que daría el paso. Desde que fue investido presidente, la vida les ha cambiado de arriba abajo, pero intentan mantener algunas rutinas familiares. Pere Aragonès intenta llevar un día a la semana a su hija Claudia a la escuela, y también llegar con tiempo suficiente al menos una noche para leerle un cuento antes de acostarse. De hecho, bajo la apariencia seria y responsable que ha cultivado como jefe del ejecutivo catalán, se esconde una persona con "ironía fina", tal y como lo describe el expresidente del partido, Joan Puigcercós, y también con un sentido del humor que sólo suelta en su círculo más íntimo. Aquí es cuando le sale la vena de imitador.

De los 10 diputados en el Gobierno

La carrera política de Aragonès es la de un militante disciplinado que ha picado piedra durante años en la retaguardia y que ha sabido aprovechar las oportunidades que el partido le ha brindado. En el 2010 sobrevivió a las horas más bajas de Esquerra, cuando los republicanos se quedaron con tan sólo 10 diputados en el Parlament. "Era una persona metódica, con mucha capacidad de trabajo y gran criterio político", recuerda la actual consellera de Educación, Anna Simó, con la que compartió grupo en esa época. Años atrás también se había implicado a fondo en las JERC, incluso en algunas de las acciones más sonadas. Cuando era portavoz, varios miembros de la organización se encadenaron en la sede de la Cope en Madrid en contra de la línea de Federico Jiménez Losantos. Todavía lo recuerda Puigcercós, que era entonces diputado en Madrid y preguntó de quién había sido la idea. "Del Pedro", le respondieron.

Ya con ERC como socio prioritario del gobierno de Artur Mas, Aragonès pasó a ser el encargado de pilotar las principales negociaciones, como las de presupuestos. La fama de hombre "trabajador y riguroso" se la ganó entre sus adversarios políticos, como explican el exconseller de Economia Andreu Mas-Colell y la portavoz de los socialistas en el Parlament, Alícia Romero. También la de hombre reservado, un atributo que confirma su entorno más cercano, que también destaca su factor humano a la hora de trabajar en equipo. Tras su etapa como diputado, es Oriol Junqueras quien le situó en el Gobierno como mano derecha, después de que Aragonés le introdujera en el partido a través de charlas por las juventudes republicanas.

Aragonès es hijo y nieto de empresarios –su abuelo fue también el último alcalde franquista de Pineda y el primero de la democracia, y su padre fue concejal de CiU– y “ha tenido conciencia independentista desde muy pequeño", explica la periodista Magda Gregori, autora del libro Pere Aragonès, el independentismo pragmático. De hecho, recuerda que su tesis siempre ha sido que, para que el independentismo sea "fuerte y avance", cualquier nuevo paso que dé no debe comportar ninguna detrás. De ahí que a partir del 1-O pase a defender un referendo pactado y recupere la idea de reformar el sistema de financiación.

Aunque su trabajo como jefe del ejecutivo le toma la mayor parte del tiempo, la cocina es una de sus aficiones conocidas, e intenta no perderse ninguna obra de teatro en Pineda, donde también había actuado . Sobre el escenario había hecho de Rovelló o Els Pastorets con el resto de concejales del consistorio, tal y como rememora el actual alcalde, el socialista Xavier Amor, con quien Aragonès tiene amistad e hizo frente común para rebajar la tensión en Pineda en el 2017 , cuando se alojaron algunos de los policías que debían hacer inviable el referéndum.

stats