¿Por qué Puigdemont elige a Elna para anunciar su candidatura a la Generalitat?

BarcelonaCarles Puigdemont ha elegido a Elna, una localidad especial de la Catalunya Nord, para anunciar su candidatura a la presidencia en la Generalitat, siete años después de haber marchado al exilio. No es la primera vez que elige esta ciudad, donde ha presidido actos del Consejo de la República, y también estuvo para participar en el gran evento de Òmnium para conmemorar los 60 años de la entidad. La Catalunya Nord ya es una tierra predilecta para el soberanismo y Puigdemont se agarra a su importancia histórica y simbólica para dar el pistoletazo de salida de una carrera electoral catalana disputada con los principales partidos en el Parlament activados de lleno para lograr la victoria. Ahora bien, ¿por qué Elna es la elegida?

Lo cierto es que el municipio queda impregnado por el simbolismo que enlaza la comunión con el catalanismo, la lucha antifranquista y el republicanismo. Unas luchas y una voluntad de resistir en las que Junts ha querido reflejarse para vincular pasado, presente y futuro de Cataluña con el soberanismo; concretamente, el recuerdo vive de la colaboración en la organización clandestina del 1-O. La gente que subía a buscar las urnas, que estaban escondidas en un almacén de una localidad cercana a Elna, decían que iban a ese pueblo para no levantar sospechas entre las fuerzas de seguridad del Estado. Sin embargo, en Elna sí se imprimieron millones de papeletas del referéndum.

Después de haber conseguido que las urnas ya estuvieran repartidas en diferentes almacenes de Cataluña a mediados de agosto, la la misma red que organizó la operación para llevar las urnas desde China encargaron a Bruno Salvador, un impresor de Elna, que hiciera millones de papeletas por si la policía interceptaba las que se habían hecho en el Principado, como acabaría ocurriendo en distintos operativos durante el mes de septiembre.

En conversación con el ARA, Josep Maria Solé i Sabaté, historiador experto en la Guerra Civil, subraya que Elna "representa la pervivencia, la lucha, la justicia y el humanismo" tanto por la labor ingente de la Maternidad creada por la suiza Elisabeth Eidenbenz –referente que permitió 600 nacimientos tras el conflicto bélico español hasta que fue cerrada por los nazis– como por "la apertura y su catalanidad". Sostiene que los valores y el simbolismo asociados permiten el encaje con el relato del expresidente de que "el ciudadano asume el futuro por encima de fronteras y persecuciones ante el derecho a decidir el futuro como pueblo", además de "el' agradecimiento" por el 1-O. "Elna ya fue muy castigada por las tropas borbónicas y siempre resistió", dice Solé.

El alcalde de Elna es Nicolas Garcia, un catalanista que se ha afianzado en el uso de la lengua en los plenos pese a la denuncia del prefecto, y que ha mostrado siempre una sintonía con Carles Puigdemont y la autodeterminación de Cataluña. Con voluntad de revitalizar el independentismo para poner en marcha "una nueva etapa" tras la amnistía que deje atrás la prioridad antirrepresiva y anteponga la lucha por la libertad nacional, Puigdemont se aferra a ese emblema del soberanismo catalán, de la unión entre Catalunya Norte y Sur, pero también de la lucha antifascista. En una tierra donde ya ha sido aclamado por una parte de los habitantes, que se han solidarizado con el independentismo y la persecución judicial, y que ahora se han vuelto a fortalecer para reclamar el reconocimiento de la identidad con el cambio de nombre de los departamentos para que deje de ser Pirineos Orientales y se convierta en País Catalán.

De hecho, para Junts, la Catalunya Nord será clave para la campaña electoral del 12-M, ya que Puigdemont desarrollará más actos, según apuntan fuentes del partido. Ya fue importante el regreso en tierras catalanas en el 2020 con un acto multitudinario con más de 100.000 personas en Perpiñán bajo el paraguas del Consejo de la República, y volverá a serlo este 2024.