Elecciones 23-J

Champán frío en Ferraz

El ambiente fuera de la sede del PSOE pasa de la desconfianza a la euforia

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Euforia a las puertas de Ferraz por el resultado de las elecciones generales.

Madrid"¿Qué tipo de partido seríamos, si no tuviéramos preparado hoy un champán bien frío?" Esto decían algunas voces socialistas dentro de la sede estatal del partido cuando empezaban a correr por los móviles los resultados de las últimas encuestas, que dejaban a PP y Vox muy cerca de la mayoría absoluta. En la acera de enfrente empezaban a reunirse los militantes. Dos hombres y una mujer pedían cañas. "Por lo que pase, sea lo que sea", decía uno. “No, no. Para ganar”, la corregía ella antes de chocar las copas. Sonreían con poca confianza.

Unos metros más a la derecha y más arriba, en un balcón, tres jóvenes descolgaban una bandera: “¡Viva Ayuso, cabrones!”, empezaron a gritar. Mientras, desde un coche un hombre con la ventana bajada estallaba: “¡Y viva Feijóo!”. Eran las siete y media de la tarde, y en ese momento no tuvieron ninguna réplica.

Unas horas después, con Pedro Sánchez ya dentro de la sede de Ferraz y el escrutinio rozando el 90%, el grupo de las cervezas levantaba el puño y sonreía mirando hacia el balcón, desde donde los jóvenes continuaron con proclamas¡Que te vote Txapote!”. En este caso los simpatizantes socialistas, que ya se contaban por decenas, les respondieron, entusiastas, con gritos de “Presidente!”.

Los gritos de las noches electorales

Y es que las noches electorales y la historia política de España se cuentan también a partir de gritos. Los de “Fuera, fuera” que gritó a la militancia el 1 de octubre del 2016, cuando Susana Díaz y los barones ganaron el pulso interno a un Pedro Sánchez que dejaba de ser secretario general. Los de “Con Rivera, no” del 28 de abril de 2019 después de convertirse en primera fuerza en las generales. Y se cuenta también con la tensión entre balcones, y con el grito de “Presidente” de este 23 de julio.

Pedro Sánchez resiste y tiene la posibilidad de reeditar el gobierno, y eso fue suficiente para que la euforia estallara frente al número 70 de la calle Ferraz. “Me gustaría ser el perro de un perro”, empezó a sonar por los altavoces a todo trapo. La canción es de Rigoberta Bandini, lleva por títuloPerra y la cantaron entusiasmados los militantes ondeando banderas rojas.

“Peor es un gobierno con Vox”

Todos los simpatizantes con los que hablamos son conscientes de la complejidad de los pactos. ¿Y los votos de Junts?, les pregunto. “A mí no me gusta que pacten con Bildu y Junts, la verdad, pero qué le vamos a hacer. Peor es un gobierno con Vox”, decía un afiliado del partido. “Yo creo que no habrá gobierno, habrá repetición electoral, pero mientras la extrema derecha no entre en el gobierno ya podemos celebrarlo”, afirmaba un compañero suyo. Ambos venían de Valencia. “Cuando he oído que hacían pruebas con los altavoces he pensado que no los utilizaríamos, y al final mira”. No sólo se utilizaron altavoces, sino que hubo tarima, donde apareció Pedro Sánchez 12 minutos antes de las 12 de la noche. "Somos más los que queremos que España avance", afirmó. “No pasarán”, respondían los simpatizantes. Los jóvenes de Valencia aplaudían, eufóricos. Uno de ellos sacó el móvil y dijo: "Mira, el mejor resumen para mí". Era un tuit sobre Pedro Sánchez. “Quizá sea un perro, pero tiene más vidas que un gato”.

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