El post 23-J

Sánchez llega a la constitución del Congreso sin los soportes garantizados

El líder del PSOE recupera la promesa del catalán en la UE para intentar conseguir el voto de los partidos soberanistas

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El presidente español, Pedro Sánchez, acompañado de Francina Armengol, en el Congreso

MadridPedro Sánchez afronta una nueva cita clave en el Congreso sin los soportes garantizados. El líder del PSOE, segunda fuerza en las elecciones del 23-J, ha proclamado a los cuatro vientos la derrota de Alberto Núñez Feijóo en las urnas por su imposibilidad de construir una mayoría de gobierno, y ahora es él quien se juega las suyas aspiraciones con la conformación de la mesa del Congreso. No conseguir la presidencia y la mayoría del órgano de gobierno de la cámara baja podría abocarle a una repetición electoral y, a pocas horas de la votación, no tiene confirmados los apoyos necesarios. Por eso, el líder socialista ha hecho dos últimos gestos de última hora dedicados a las fuerzas soberanistas. El primero, la candidatura a la presidencia del Congreso de la expresidenta de Baleares Francina Armengol, un perfil con sensibilidad plurinacional; y el segundo, prometer impulsar el uso del catalán en Bruselas aprovechando la presidencia de la Unión Europea, aunque es una iniciativa que ya firmó con ERC en la mesa de diálogo y que está varada en el Parlamento Europeo. Por su parte, el PP continúa a la expectativa de que Sánchez fracase y Cuca Gamarra rivalizará con Armengol para el cargo de presidenta del Congreso.

Sánchez ha anunciado este miércoles que quiere optar a la investidura, a menos de 24 horas de una constitución del Congreso que se prevé de infarto. El presidente en funciones necesita poner de acuerdo a ERC, EH Bildu, BNG, el PNV y otro actor, que puede ser Junts o Coalición Canaria. Solo los independentistas vascos y gallegos confirmaron su sentido de voto afirmativo, mientras que Junts y Coalición Canaria son una incógnita, el PNV no se pronuncia y ERC avisa de que es una "temeridad" dar por sentado su apoyo. Suponiendo que estos dos últimos apoyen al PSOE, tal y como hicieron en la anterior legislatura, el bloque progresista tendría 171 votos y el bloque de la derecha, formado por PP, Vox y Unió del Poble Navarro, también. El voto de la diputada de CC, Cristina Valido, puede decantar la balanza, si bien el PSOE confía en que este jueves por la mañana la ejecutiva de Junts decida hacer confianza a Armengol ya la conformación de una mesa de talante progresista, la única que eventualmente podría aceptar que en el Congreso se debata una ley de amnistía.

Los dirigentes de Junts han mantenido a lo largo de la jornada el silencio que ha predominado en las últimas semanas de negociaciones, con la única excepción de Puigdemont, que a través de Twitterha pedido propuestas en firme. “La mesa del Congreso, para nosotros, no va a tener un cargo dentro, ni tampoco va de la investidura. No podemos avanzar nacionalmente a base de promesas formuladas por quien siempre las incumple, por lo que son necesarios hechos comprobables antes de comprometer ningún voto. Y no importa si hablamos de acuerdos por la mesa como de acuerdos de mayor alcance, como sería el de la investidura”, ha twittado.

Un anuncio insuficiente

Por un lado, fuentes de Junts aseguran al ARA que la mesa y la investidura se juegan en dos planos diferentes: el posicionamiento en una no prefigura lo que se tendrá en la otra. La esperanza del PSOE es que si Junts quiere de verdad negociar a fondo, sería absurdo no dar ni un segundo de vida a la legislatura entregando la mayoría de la mesa a la derecha. Por otro, del mensaje de Puigdemont, publicado antes de la comparecencia de Sánchez en el Congreso, puede deducirse que la promesa etérea sobre el catalán en las instituciones europeas es insuficiente para Junts. De hecho, ha indignado a la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, quien ha recordado que ya se pactó en la mesa de diálogo; y en el PNV, que ha denunciado que se quiera promover el euskera fuera de las fronteras españolas y no en el Congreso. En cambio, Sumar sí quiere plantear una reforma del reglamento para normalizar el uso de las otras lenguas en la cámara baja.

El escepticismo de los socialistas con Junts contrasta con el optimismo de Yolanda Díaz, que también ha reunido a su heterogéneo grupo parlamentario. La vicepresidenta segunda en funciones ha querido reivindicarse en la negociación y ha explicado que, junto con Jaume Asens, pilota las conversaciones "al más alto nivel" con Puigdemont, pese a defender al mismo tiempo la "discreción" de su contenido. En su intervención ante los diputados de Sumar, Díaz ha defendido que hay que abordar una "solución de fondo" para el conflicto catalán, no "coyuntural", aunque no ha puesto sobre la mesa ninguna fórmula concreta y menos aún que incluya ejercicio del derecho a la autodeterminación, informa Núria Ríos.

Si Juntos no votara afirmativamente, todo quedaría en manos de Coalición Canaria. En los últimos días su líder, Fernando Clavijo, ha extendido la hipótesis de hacer entrar al PNV en la mesa para que haya representación de un partido bisagra entre los bloques de la derecha y la izquierda. El silencio de los jeltzales no ha confirmado ni desmentido que quieran ese cargo, pero el PSOE podría verse con la obligación de ceder un puesto a los nacionalistas vascos si CC lo pone como condición para decantar la balanza a favor de la mayoría progresista. En este supuesto, la duda sería si el resto de socios, especialmente EH Bildu, avalarían que el PNV entrara en la mesa teniendo en cuenta que ha quedado por detrás de ellos en los comicios. Los aberzalesSin embargo, no tienen interés en estar allí.

La descripción es de un escenario endemoniado, en el que probablemente no habrá nada asegurado hasta que se haya votado. Y hay un elemento más a tener en cuenta: la votación de las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías es compleja porque salen escogidos los que más apoyos han tenido. Los parlamentarios deben escribir sólo un nombre, por lo que los blogs deben pensar muy bien cómo reparten los votos. Hace cuatro años, de hecho, un error de cálculo de la derecha propició que Unides Podem obtuviera inesperadamente un tercer puesto en la mesa que ha presidido Meritxell Batet. Para esta nueva legislatura, Sumar propone a la andaluza Esther Gil para una vicepresidencia y Gerardo Pisarello para una secretaría, aunque si finalmente hubiera que ceder un puesto al PNV, habría que ver si está en detrimento de algún nombre del PSOE o del partido de Díaz. En cuanto al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, Pedro Rollán será su presidente.

Las presiones a Felipe VI

La configuración de la mesa predeterminará el capítulo de la investidura, pero Sánchez y Feijóo han querido adelantarse postulándose a ambos como candidatos. El líder del PP ha vuelto a considerar que Felipe VI debería proponer a quien ganó las elecciones, algo que el secretario general socialista ve como una “presión” en el jefe de estado. Para Sánchez, Feijóo alimenta "cábalas mágicas" que esconden que, en realidad, el líder del PP no puede articular una mayoría posible porque, al depender de Vox, quedan desactivados otros hipotéticos apoyos. Un Feijóo con tono bajo se ha vuelto trasladando la presión a Sánchez, pendiente de Puigdemont.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la candidata a presidir el Congreso, Cuca Gamarra
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