ERC critica el regreso fugaz de Puigdemont mientras la CUP se limita a mostrar "respeto"

El independentismo recibió al expresidente de forma unitaria, pero discrepa de los efectos de su movimiento

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Manifestantes concentrados en el paseo Lluís Companys

BarcelonaLa reacción inmediata del independentismo cuando se confirmó que el expresidente Carles Puigdemont había logrado estar en el Arco de Triunfo, en el acto anunciado por su partido y las entidades independentistas, fue de alegría por su regreso. Horas después de su escapada y que no se sepan sus planes, el apoyo ya no es unánime.

Los más críticos con la maniobra del expresidente, siguiendo con la crisis entre los dos grandes partidos independentistas, son los de Esquerra. Los republicanos, en el pleno de investidura, en boca del presidente de su grupo parlamentario, celebraron su regreso: “Nos alegramos profundamente. Bentornado en casa, presidente”, expresó Josep Maria Jové desde el atril del Parlament. Sin embargo, esta mañana varias voces han criticado ya abiertamente la maniobra.

Quien más claramente lo ha hecho es el consejero de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, que ha calificado de "impropio" el comportamiento "de quien ha sido la máxima autoridad del país", le ha acusado de "dinamitar" un lleno de investidura "porque no le gustaba el resultado" y también de engañar. Sin embargo, no es la única voz del partido que se ha mostrado públicamente en contra de la estrategia. El exdiputado republicano José Rodríguez, que formó parte de la comitiva del partido en el acto, también habla de “engaño”: “Vino a hacer un juego de escapismo, a simplemente demostrar que es muy hábil y puede engañar la policía”, ha expresado en X.

Ningún miembro de la dirección de Esquerra se ha manifestado públicamente en estos mismos términos. "Fue sensación extraña, un momento de caos", se ha limitado a decir la portavoz del partido, Raquel Sans, en Catalunya Ràdio. Sin embargo, fuentes del partido hablan de “incomprensión” y coinciden en que el regreso no tuvo “significado político”, al tiempo que cuestionan el sentido del movimiento “más allá de poner contra las cuerdas a los Mossos”. También critican que el objetivo del expresidente era el de “poner en duda la legitimidad del Parlament” y reclaman más “respeto” a las instituciones.

La CUP no lo ve como Esquerra y, de hecho, ve con muy malos ojos el despliegue policial preparado para la detención del expresidente. “Respetamos siempre las decisiones de las personas represaliadas”, defienden públicamente y en privado, pero denuncian que el acto y la posterior escapada se convirtieron en un acto de partido: “El regreso se ha puesto a disposición de los intereses de Junts ”, valoró la diputada Laia Estrada durante el debate.

Apoyo del ANC y “máximo respeto” de Òmnium

El apoyo de la Assemblea Nacional Catalana al expresidente es firme, aunque no han valorado todavía la maniobra de ayer. Sin embargo, de las pocas informaciones que se han trasladado de su situación se han conocido a través del presidente de la entidad soberanista, Lluís Llach. “El presidente Puigdemont me ha pedido que le notifique que está sano, salvo y, sobre todo, LIBRE. Buenas noches”, explicaba en las redes sociales poco antes de la medianoche del día del regreso.

En Òmnium Cultural están satisfechos de que el acto de recibimiento se organizara finalmente de forma unitaria, y no confirman si conocían los planes del expresidente. Por eso se limitan a expresar su "máximo respeto" a las decisiones que tome Puigdemont para hacer frente a la represión, sin entrar a valorar la utilidad de la escapada y denunciando la inaplicación de la amnistía al expresidente.

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