ERC y la CUP ultiman un preacuerdo para la investidura de Aragonès y ponen presión a Junts

Los dos partidos anuncian principio de pacto en cuestiones sociales y también para hacer "un nuevo embate democrático" con el Estado "preferentemente" en forma de referéndum

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Dolors Sabater, Laia Estrada y Carles Riera ayer durante la conferencia de la CUP en Barcelona.

BarcelonaLa semana que tenía que ser decisiva para resolver las negociaciones para la investidura de Pere Aragonès empieza con un preacuerdo entre dos de sus actores: ERC y la CUP. Este domingo al atardecer los republicanos han enviado un comunicado en el que anuncian un principio de pacto con los anticapitalistas en materia nacional y también social. La CUP ha confirmado el preacuerdo, pero ha anunciado que antes de darlo por válido lo tendrán que debatir las bases esta semana, tal como avanzó el ARA, y el jueves harán público su posicionamiento. Las dos formaciones habían intensificado los encuentros la semana pasada y se habían visto diariamente para intentar encarrilar las negociaciones. Las conversaciones avanzaban a mejor ritmo entre republicanos y anticapitalistas que con JxCat. De hecho, el preacuerdo es una manera de presionar al partido de Carles Puigdemont, que en los últimos días ha puesto sobre la mesa la posibilidad de aplazar el pleno de investidura si no llegaban a un acuerdo con los republicanos para formar gobierno.

¿En qué se basa este principio de pacto? De entrada, para resolver el conflicto catalán, las dos formaciones se han conjurado para hacer "un nuevo embate democrático" con el Estado que sea "preferentemente en forma de referéndum" a lo largo de esta legislatura, según explican los republicanos en su comunicado, a pesar de que no concretan cómo tendría que ser este referéndum ni cuál sería la alternativa si no se pudiera desarrollar. Antes de empezar la campaña electoral del 14-F, los cuperos habían propuesto hacer un referéndum antes del 2025. La estrategia se desarrollaría en paralelo a la apuesta por la negociación con el Estado que impulsó ERC ahora hace más de un año con la creación de la mesa de diálogo.

Precisamente esta cuestión también había estado sobre la mesa de las negociaciones de los últimos días porque mientras que JxCat defendía poner una fecha de caducidad a este foro de diálogo, desde ERC lo rechazaban pero se abrían a establecer una serie de indicadores que evaluaran si había adelantos. Además, uno de los puntos de fricción entre los tres negociadores había sido el órgano de coordinación que los partidos independentistas querían crear para compartir la hoja de ruta independentista y evitar las desavenencias de la anterior legislatura. El papel que tenía que jugar el Consell per la República era uno de los obstáculos, porque mientras que JxCat quería que fuera precisamente este el órgano de coordinación independentista, ERC y la CUP lo rechazaban y apostaban por crear uno nuevo o, como mínimo, reformular el Consell.

Además de la cuestión nacional, republicanos y cuperos también han avanzado en temas como la vivienda, la salud y el sistema de orden público. Así, los dos partidos se han conjurado para trabajar para frenar la emergencia habitacional y han acordado "impulsar una agenda legislativa catalana en materia de vivienda" y también "actualizar protocolos para evitar desahucios a personas en riesgo de vulnerabilidad". En el comunicado, sin embargo, no concretan las medidas para hacerlo. En materia de salud se han propuesto conseguir que el 25% del presupuesto de Salud se destine a la atención primaria. Además, también han acordado introducir cambios en el modelo de gestión del orden público que pasan, entre otras medidas, por suspender el uso de los proyectiles de foam mientras no se publiquen los protocolos de actuación policial y crear una comisión de estudio en el Parlament sobre el modelo de orden público en Catalunya.

Presión para JxCat

En las últimas semanas, ERC y la CUP se habían reunido diariamente para intentar poner manos a la obra en las negociaciones. Los cuperos hicieron una conferencia el miércoles para presionar y pedir celeridad tanto a los republicanos como a JxCat a pocos días del 26 de marzo, la fecha límite para el primer debate de investidura. De momento el entendimiento ha llegado solo entre dos de los tres actores implicados y este preacuerdo no supone que la investidura esté atada. Falta uno de los actores principales, JxCat, con quien ERC tiene previsto compartir Govern, porque la CUP de momento no prevé entrar en el ejecutivo. Los cuperos han mantenido pocos encuentros con Junts en los últimos días –se han encontrado en algunas reuniones sectoriales sobre Interior, por ejemplo–, porque la relación quedó deteriorada después de las negociaciones para configurar la mesa del Parlament. ERC y JxCat sí se han ido reuniendo, pero las conversaciones no han sido tan fluidas. Fuentes de Junts ven este principio de pacto como "una maniobra política" para presionarlos y que “rebajen” las condiciones de negociación. “Tenemos que seguir negociando”, aseguran, y remarcan que ERC los necesita para hacer gobierno, puesto que con la CUP por sí sola no logran la mayoría necesaria para la investidura.

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