ERC y JxCat dan aire a la negociación con la reunión de Lledoners

Los dos partidos valoran "positivamente" el encuentro a pesar de que todavía no pueden ofrecer acuerdos

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El vicepresidente del Gobierno , Pere Aragonès, llegando a Almeces.

BarcelonaERC y JxCat llegaban a la reunión de este martes en Lledoners para tratar de desencallar la investidura a sabiendas de que no era la definitiva. Ante este hecho, la cumbre a la fuerza se tenía que convertir, sobre todo, en un termómetro del estado de las conversaciones. Una vez celebrada, la principal conclusión es que la negociación coge aire después de dos meses sin demasiados adelantos y una dinámica de reproches latente entre los dos partidos. No hay acuerdos todavía, es cierto, pero como mínimo los dos socios se han esforzado para intentar transmitir que ha habido un buen clima. Todo esto se puede deducir a partir de los pequeños detalles que ha dejado el contacto de este martes.

El primero es que ha sido una de los encuentros más largos entre los dos actores. Casi cuatro horas entre las paredes del centro penitenciario ubicado en el Bages. El segundo es que por primera vez en semanas han podido escribir un comunicado conjunto en el que, a pesar de no exponer ningún resultado tangible, han valorado "positivamente el encuentro". En la reunión se ha abordado fundamentalmente la estructura de Govern, es decir, la organización de las conselleries y el reparto de poder de la próxima Generalitat, pero también se han tocado el resto de carpetas que tiene la negociación. Los dos partidos garantizan haberse "conjurado a seguir trabajando" para hacer un gobierno "liderado por Pere Aragonès" que dé respuesta al hecho de que el independentismo consiguiera superar en las últimas elecciones la barrera del 50% de los votos.

Otro punto de simetría entre los dos protagonistas se ha podido encontrar en los negociadores. Dos dentro de la prisión, uno por cada lado. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez. El resto han venido de fuera. Completaban el equipo de los republicanos el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y el líder en el Parlamento, Josep Maria Jové, mientras que el de JxCat lo han formado los vicepresidentes del partido Elsa Artadi y Josep Rius. En la entrada de la prisión, las dos delegaciones han sido recibidas por el director general de Servicios Penitenciarios, Amand Calderó. Los dos partidos este lunes habían intentado rebajar la trascendencia del encuentro -"una reunión más", habían dicho-, pero todas las señales han acabado convirtiendo el encuentro en el más importante desde que hace dos meses y medio se celebraron las elecciones.

El vicepresidente de JxCat Josep Rius y Elsa Artadi.

Se trata del primer encuentro en el que los negociadores han abordado a fondo la estructura del Govern. Hasta ahora Aragonès solo había verbalizado la voluntad de crear tres nuevas conselleries -Acción Climática, Feminismos y Universidades e Investigación- y crear un comisionado sobre los fondos europeos que dependa directamente del presidente, mientras que Junts había reclamado una propuesta de estructura "global" del ejecutivo. Esto se ha producido este martes y si bien en un primer momento se apuntaba a que se mantendría el número de departamentos a trece, lo que ha puesto sobre la mesa Esquerra es la posibilidad de aumentarlos a catorce. De este modo los dos partidos tendrían siete conselleries. Esto implicaría que los republicanos podrían ganar un departamento respecto al que tenía ahora el partido de Carles Puigdemont con la presidencia de Quim Torra.

El punto de partida de Junts en esta negociación es que de entrada se inviertan todas las piezas y, a partir de aquí, se inicie el intercambio de cromos. Una tesis que no aceptan los republicanos, porque esto implica ceder la gestión de casi el 80% del presupuesto que tenían ahora –ERC ocupa las conselleries de Educación, Salud y Asuntos Socials, que son las que tienen más recursos– al partido Puigdemont. Esquerra, pues, espera que Junts ceda en alguna. Pero no será fácil: en campaña electoral apostó por el ámbito de la salud con el doctor Josep Maria Argimon al frente y también quiere marcar perfil ideológico con las políticas educativas. Han reivindicado los conciertos educativos como parte del modelo de escuela catalana, mientras que Esquerra ha rubricado con la CUP suprimirlos de forma progresiva.

En todo caso, según las fuentes consultadas, en el encuentro de este martes no se ha abordado todavía la distribución de las conselleries, sino que solo se ha puesto sobre la mesa los departamentos y las competencias que tendrían. El reparto de carteras todavía tardará unos días en llegar: primero los grupos se tienen que poner de acuerdo en la arquitectura del ejecutivo y cómo se estructuran las competencias y, después, abordarán qué posiciones de poder ocupen cada uno de sus dirigentes. En todo caso, todas las partes coinciden en que el contacto de hoy en Lledoners les sirve para "seguir avanzando".

La demanda de la CUP

La CUP es el tercer protagonista en discordia para desencallar la investidura. Su estado de ánimo actual, sin embargo, es muy diferente al de JxCat y ERC. Los anticapitalistas ya firmaron hace semanas un acuerdo con los republicanos y no se plantean, a corto plazo, entrar a formar parte del Govern. Por lo tanto, ahora mismo esperan y miran, una situación muy diferente de anteriores investiduras, cuando todos los focos apuntaban hacia ellos. A pesar de mirárselo todo ello con distancia relativa, este martes también han intentado presionar para que haya un acuerdo entre los otros dos partidos independentistas. El diputado de la CUP Xavier Pellicer ha emplazado a ERC y JxCat a llegar a un acuerdo por la investidura y a priorizar las necesidades urgentes del país por delante del "reparto de sillas y estructuras".

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