ERC y JxCat retoman las reuniones sin acuerdos

Junts introduce matices en el programa de Govern y Esquerra hará regreso la próxima reunión

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El vicepresidente y aspirante a presidente, Pere Aragonès, en el Parlamento  el día que se presentó en el debate de investidura.

BarcelonaDespués de varios intercambios de documentos y de no reunirse formalmente desde el miércoles de la semana pasada, este viernes los negociadores de Esquerra y Junts se han reunido de forma telemática -según ha avanzado Nació Digital y ha confirmado el ARA- para intentar consensuar un acuerdo marco de legislatura, pero sin abordar todavía una de las claves de la negociación: el reparto de las conselleries. La propuesta de trabajo global que remitieron los republicanos a Junts, después de varios documentos temáticos enviados por parte de los de Carles Puigdemont, coge forma para convertirse en la base del pacto de legislatura, pero todavía no está cerrado. Incorpora la estrategia a seguir del Procés (recoge el proceso de negociación con el Estado y, sin concretar, el llamado "embate democrático" por si fracasa el diálogo) y el acuerdo de mesa en el Parlament (con el compromiso de reformar el reglamento y sacar adelante la sindicatura electoral), el programa de Govern y, finalmente, los mecanismos para evitar desacuerdos dentro del ejecutivo (las comisiones de seguimiento de la coalición).

Ahora bien, según fuentes conocedoras de la reunión de este viernes, solo se ha empezado una parte, la del programa de Govern, y Junts tiene pendiente dar cuenta de las cuestiones que tienen que ver con la estrategia del Procés y los mecanismos para blindar la coalición de crisis, que como avanzó el ARA el martes se proponen básicamente tres: una parlamentaria formada por los presidentes de grupo y los portavoces, otra de seguimiento del acuerdo de coalición con miembros del partido, del gobierno y de la cámara, y una tercera de dirección para casos excepcionales de desacuerdos. ERC también plantea unos encuentros periódicos de todo el gobierno para comprobar el grado de cumplimiento del programa.

El contenido programático

En el encuentro de este viernes se han abordado, según varias fuentes consultadas, las cuestiones que tienen que ver con el programa de Govern. Junts ha introducido cambios que los republicanos ahora tendrán que valorar en la próxima reunión. Unos y otros quieren intensificar el ritmo de los encuentros a partir de la semana que viene (esta semana solo se han encontrado una vez). Entre otros, se han tratado medidas programáticas como aumentar en 5.000 millones de euros la financiación de la sanidad -los dos partidos lo llevaban en el programa electoral-, mejorar el sistema de rastreo de la pandemia, aumentar los fondos destinados a la renta básica -a pesar de que ERC también ha pactado con la CUP un plan piloto para la renta universal- y otras políticas que anunció Pere Aragonès en el debate de investidura, como el plan de choque económico de 700 millones de euros.

Lo que no se ha abordado a fondo este viernes es el núcleo de la estrategia que tiene que ver con el Procés, que se dibuja con la escenificación de un proceso de negociación con el Estado -con una declaración en el Parlament y en el seno del consejo ejecutivo- y, a la vez, preparar en el marco de un nuevo estado mayor una alternativa por si el diálogo fracasa. La idea es encajar esta nueva estructura dentro del Consell per la República -los republicanos se comprometen a descongelar su presencia en este órgano-, pero todavía no está cerrado cómo se tendría que hacer. De hecho, desde Semana Santa esto se negocia entre Òmnium, la ANC, la CUP, ERC y Junts directamente con el Consejo, a través del ex conseller Toni Comín.

La idea es que la mesa de diálogo con el gobierno español esté fiscalizada por una comisión en el Parlament además de crear mecanismos de evaluación -una exigencia de Junts- para valorar si avanza o no. En todo caso, se le da un margen hasta la mitad de la legislatura -dos años en consonancia con el acuerdo con la CUP- para decidir si la negociación ha dado suficientes frutos. En todo caso, el límite temporal tampoco podría ir más allá: dentro de dos años es cuando se acaba la legislatura española si Pedro Sánchez no decide antes avanzar elecciones.

El encaje con la CUP

Los republicanos creen que el documento con Junts no contradice el acuerdo que rubricaron con la CUP, a pesar de que desde Junts insisten en que no los interpela. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, el documento que negocian los actuales socios de Govern no incluye las medidas sectoriales que se han acordado con los anticapitalistas, sino que se conciben como un compromiso además del que Esquerra ha firmado con los cuperos y que se mantiene. Es decir, Junts no se compromete en el borrador actual a aprobar una moratoria de las renovables ni tampoco el plan piloto de la renta básica universal, dos de las objeciones que los de Puigdemont habían puesto en relación con el documento promovido por los dos partidos de izquierdas.

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